Hoy en un comunicado emitido por el sindicato UGT denuncia como seis meses después de su puesta en marcha la Ley del Teletrabajo es papel mojado. Según los datos del sondeo publicado por el CIS sobre tendencias tecnológicas durante la pandemia y los datos de la negociación colectiva en 2020, la realidad está lejos de ser la ideal.
El principal problema es que una vez puesta en marcha muchas empresas se niegan a llegar a un acuerdo en la negociación colectiva para regular las condiciones del teletrabajo y la desconexión digital. De esta forma muchos empleado se ven obligados trabajar desde casa y con sus propios medios, sin mediar compensación alguna, más o menos igual que antes de la entrada en vigor de la Ley del Teletrabajo.
La empresa no tiene un plan para el teletrabajo
No se trata ya se facilitar un portátil para conectarse desde casa en caso de ser necesario, de compensar el pago de la línea de datos, sino que en muchos casos ni siquiera tienen el soporte técnico adecuado y el apoyo necesario para realizar su trabajo desde casa. Esto muchas veces influye de forma notable en la productividad que estos empleados pueden alcanzar desde casa.
Y no se trata solo de poder trabajar desde casa, sino muchas veces de que nos ayuden a hacerlo de la forma correcta, puesto que un 58% de los teletrabajadores confirma que tiene dificultades para desconectar del trabajo, lo que deviene en que un 63,4% trabaje más horas de las contratadas. Pero como en muchos casos tampoco se aplica el registro de la jornada si estamos en casa, no queda constancia de ello.
La empresa española siempre ha mirado con desconfianza el teletrabajo
Todos estos condicionantes tendrían que verse reflejados en los nuevos convenios que se firman. Sin embargo no parece que esto esté ocurriendo, puesto según UGT solo veinte convenios firmados en 2020 contenían cláusulas que contemplaban la desconexión digital (un 3,8% del total frente al 2,8% del año anterior), de lo que se concluye que la regulación de la desconexión laboral por convenio colectivo ha pasado prácticamente desapercibida en 2020, en plena extensión del teletrabajo.
Mientras que trabajar desde casa era algo más esporádico, no era tan importante la regulación. Cuando una parte importante de nuestras jornadas se van a realizar desde casa de forma habitual y no sirven improvisaciones. Hay que tener un modelo de teletrabajo pensado en la empresa. No solo por una cuestión de poder hacerlo, sino también trabajar de forma segura.
¿Permitimos que los empleados se conecten a nuestra red desde sus ordenadores personales que no sabemos que nivel de seguridad tienen? ¿Y si tienen programas para compartir archivos instalados y datos de nuestros clientes quedan expuestos? ¿O transfieren malware desde su equipo a la red corporativa? Por eso la mejor opción es que los dispositivos desde los que se conectan los empleados, e incluso la red de datos, las facilite la propia empresa.