Muchas veces cuando un autónomo o una pequeña pyme nace, se trasladan muchas de las herramientas y soluciones con las que los empleados conocen y llevan años empleando en casa. Pero no siempre trabajar en la empresa como en casa supone un ahorro, sino que muchas veces se traduce en un mayor gasto.
El ejemplo más sencillo es el de las impresoras. En casa tenemos una de uso doméstico, para una impresión limitada en el número de páginas por cartucho. Seguramente no nos hemos parado a mirar el coste por página impresa del dispositivo, ya que al estar pensada para un bajo volumen no tiene importancia. Puede parecer buena idea llevarnos esta impresora al despacho, así nos ahorramos tener que comprar una nueva, pero lo cierto es que no es tan buena como puede parecer.
Porque imprimimos muchas más páginas y al poco tiempo tenemos que estar comprando cartuchos nuevos de tinta. Seguramente si desde el principio hubiéramos optado por una impresora láser ya estaría amortizada. Es quizás un síntoma que afecta a muchas empresas que nacen con escasa capitalización y quieren mantener su nivel de gasto lo más bajo posible.
Esto se puede traducir a muchos otros ámbitos, donde se busca invertir lo mínimo para poner en marcha el negocio, que sea gratis, aunque muchas veces no se tiene en cuenta que gratis para el ámbito doméstico no significa que también lo sea para el de la empresa. Pero esta forma de trabajar también se lleva a otros ámbitos como la protección de datos, las copias de seguridad, etc.
Lo mismo utilizamos el ordenador que tenemos porque no podemos invertir más aunque no esté en las mejores condiciones y en el momento más inesperado nos falle y de al traste ese día o los sucesivos con nuestro trabajo, los datos, etc. Podemos trabajar así durante un tiempo, pero podemos mantenerlo de forma indefinida o pensar que no necesitamos más inversión a corto plazo.
En Pymes y Autónomos | La empresa ve la tecnología como un gasto, no como una inversión
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