Puede que más de uno de los trabajadores que vuelven a su actividad después de las vacaciones ven como su bandeja de entrada está saturada de correos por responder, cómo los asuntos pendientes se acumulan a la espera de una solución y que a pesar de no haber desconectado y contestar correos y WhatsApp desde la playa no se ha avanzado nada.
En muchas ocasiones esta respuesta sólo sirve para dar algo de tranquilidad al cliente o a la persona que nos está pidiendo cualquier cosa. En algún caso, los más urgentes puede que el mensaje de fuera de la oficina del correo le haya hecho contactar con otra persona de nuestra empresa para que se ocupara del asunto, pero muchos han decidido esperar a nuestro regreso.
No tiene nada de malo, sólo tenemos un cuello de botella a nuestra vuelta a la actividad, pero era esto precisamente lo que se quería evitar cuando se optó por no desconectar de temas laborales y utilizar el smartphone para contestar correos y despachar asuntos. Lo mismo ocurre con las aplicaciones de mensajería instantánea.
El problema es que muchas veces se vuelve a la realidad del trabajo con la sensación de no haberse ido del todo, sin la necesaria desconexión que permite un descanso y recargar la pilas para todo lo que queda de año. Esto provoca que en muchos casos estemos algo más nerviosos o nos cueste un poco más concentrarnos.
Si al menos sirviera como lección para aprender a trabajar en un entorno laboral donde siempre estamos conectados no estaría mal. Pero lo cierto es que en muchos casos la próxima vez que se tomen vacaciones volverá a ocurrir lo mismo, porque es un hábito que se tiene en el día a día, donde no existen horarios o fines de semana para desconectar.
En Pymes y Autónomos | Desconectar del correo en vacaciones, el reto para muchos trabajadores este verano
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