Con nuestra querida crisis, no queda otra que diversificar actividades. Además de traducir, ultimamente estoy ofreciendo servicios de orientación a grupos de estudiantes extranjeros que vienen a mi ciudad a estudiar. Básicamente, se trata de hacer recorridos turísticos, ayudar a los chicos a buscar piso, echarles una mano con la matrícula, etc.
Aunque es un trabajo sencillo y divertido la mayor parte del tiempo, de vez en cuando hay malentendidos causados por las diferencias entre culturas. Los problemas más habituales surgen a la hora de saludar.
Si no lo sabéis, ya os comento que el tema de los saludos es un mundo. En Italia, por ejemplo, se le da la mano a una chica la primera vez que se la conoce pero dos besos a partir de la segunda. En los países anglosajones, se da la mano. En Francia, según la región, se dan entre uno y tres besos. Y así sucesivamente.
Como norma general, cuando trabajo con extranjeros, doy la mano y después pregunto. De esta forma, se evitan malentendidos innecesarios. Sin embargo, siempre surgen situaciones que te ponen a prueba. Esta semana estoy trabajando con un grupo de estudiantes chinos. Por supuesto, al llegar a la estación, saludé a todos con un apretón de manos. Y vi más de una cara rara entre ellos. Cuando terminé de saludarlos a todos, el guía que venía con ellos se acercó y me comentó: “a los chinos no les gusta el contacto físico, para la próxima, una inclinación de cabeza y punto”.
Más allá de la anécdota nos queda una interesante lección. Cuando hablamos de internacionalización de empresa, la mayoría de las veces nos centramos en las estrategias de apertura de mercado, los aspectos lingüísticos o los diferentes marcos legales. Sin embargo, los aspectos culturales son igualmente importantes. Puede que penséis que, por un saludo dado de forma “incorrecta”, no pasa nada. Pero pensad por un momento que estáis cerrando un trato con una empresa extranjera o vais a conseguir a la cliente del año y lo estropeáis todo en el último momento por dos besos mal dados. Dos besos a una ejecutiva española y no pasa nada. Probad a hacerlo con una directiva escocesa e igual os lleváis una bofetada. Pequeños detalles como estos, unidos a lo que hemos comentado anteriormente, son los que consolidan una estrategia de internacionalización exitosa.
Vía | Protocolo y etiqueta
En Pymes y Autónomos | Aprendiendo a exportar, programa para la internacionalización del ICEX
Imagen | Randy son of Robert