Los hábitos de consumo de los españoles cambian conforme la tecnología se expande y se introduce en el día a día de los clientes. El mayor protagonismo de los smartphones y tabletas como dispositivos digitales tiene múltiples consecuencias y una de ellas es el showrooming. Se trata de un fenómeno creciente que afecta de lleno al comercio y que un estudio elaborado a nivel europeo le ha puesto cifras concretas para España.
Que el consumidor se ha vuelto más exigente con el precio es una evidencia fácilmente comprobable día tras día en las empresas. Esta crisis económica y los bolsillos, cada vez, más vacíos para gastar contribuyen a que sea uno de los principales argumentos a la hora de decidir la compra. Y para conseguir la mayor ganga, el cliente utiliza la tecnología a su alcance.
Qué es el showrooming
Es un fenómeno que mezcla los escenarios online y offline. Se trata de la práctica, muy extendida en España, a través de la cual los clientes de un comercio o gran superficie acuden a la tienda física para probar y contemplar ‘in situ’ el producto. Tras examinarlo, consultan, en la mayoría de las ocasiones dentro del propio establecimiento, a través de internet en el móvil si existe una oferta mejor y comparan precios.
Es habitual que, incluso, se hagan fotografías de ese producto para utilizarlo como ‘argumento’ previo antes de la decisión de compra a través de la red. Como decíamos, su expansión en España, y otros muchos países europeos y Estados Unidos, ha ido en paralelo a la enorme penetración de los smartphones. Y es que en 2012, ocho de cada diez dispositivos comprados en nuestro país fueron con conexión a internet (casi 4 millones).
Cómo afecta: las cifras
Teniendo claro en qué consiste, hasta ahora había números muy genéricos. Sin embargo, un estudio elaborado a nivel europeo por TNS-Sofres, instituto francés especializado en estudios internacionales de marketing y opinión, le ha puesto cifras concretas. Un informe publicado en El País y del que se hicieron ayer eco nuestros compañeros de Ahorro Diario.
Destacan, principalmente, tres datos que reflejan, en realidad, el perfil de quien lo practica y los sectores:
- El 63% de los dueños de los dueños de un teléfono inteligente recurren a este sistema en España. En el mundo, son un 33% de los consumidores y en Europa asciende a un 54%.
- Una cuarta parte de los que poseen un smartphone acceden en la propia tienda a la web para buscar el artículo más barato.
- Un 20% lee opiniones de otros usuarios.
- Electrodomésticos, ropa o tecnología son algunos de los sectores más afectadso
Esta es una consecuencia que trae consigo la expansión tecnológica entre los clientes y la dura competencia, especialmente, en lo que a precios se refiere. ¿Cómo afecta al comercio? Pues de forma importante, pues, con toda seguridad, en la mayoría de las ocasiones el producto estará más barato en Internet y la decisión de compra tiene ahí uno de sus principales fundamentos.
¿Aliarse o prohibir?
Y teniendo todo esto claro, ¿qué debe hacer el comercio? ¿Aliarse con esta estrategia o prohibir? El reportaje de El País relata cómo vendedores particulares en Australia han comenzado a cobrar una ‘tasa’ de cinco dólares sólo por entrar a mirar sus productos. Otros, especialmente grandes cadenas de distribución, prohíben hacer fotografías de los artículos.
Pero, ¿es eso inteligente? El showrooming no es más que la utilización por parte de los clientes de la tecnología que tienen al alcance de la mano para hacer más ‘eficientes’ sus compras. Eso sólo obliga a optimizar hasta el extremo los precios, para hacer que el usuario no acabe saliendo por la puerta del establecimiento sin el producto y con la intención de comprarlo en internet.
Y es aquí donde resultan interesantes las conclusiones que hace en el estudio la consultora francesa: “Muchos de los que lo hacen comprarán en la tienda donde están si así pueden ahorrar tiempo, dinero y estar más tranquilos”. Sólo que para ello hay que ser competitivos y ante gigantes de la red con la posibilidad de ajustar mucho más sus márgenes, no resulta, en absoluto, sencillo.
Los cambios de hábitos en la compra de los consumidores son evidentes. Son un reto muy complicado de superar. Hay que tratar de adaptarse a ellos, logrando que no se conviertan en una trampa para el negocio.
En Pymes y Autonomos | Pinterest, ¿será algún día un escaparate para 'abrir boca' entre consumidores en España?, La competitividad del comercio minorista Imagen | /Sizemore/