¿Es importante cambiar el uniforme de los empleados?

¿Es importante cambiar el uniforme de los empleados?
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He leído que a las trabajadoras de El Corte Inglés, a los trabajadores se ve que los encuentran bien tal y como están les han cambiado el uniforme. Dejando este apunte a un lado como un mero ejemplo de que están haciendo algunas reformas en la empresa (también en los incentivos por ventas) me voy a centrar en el papel que juega el uniforme. Cómo nos vestimos también influye a la hora de cerrar una compra.

Hace unos años trabajé en un lugar donde debía vestir de amarillo, el lugar también estaba decorado con ese color y había pocas ventas, de hecho pasé muchas mañanas sacando brillo al mobiliario porque allí no entraba nadie, ni por error. Siempre pensé que tanto nuestro aspecto como el lugar espantaban a la clientela. En aquella época creía que el responsable de marketing no estaba haciendo bien su trabajo. Años después la empresa apostó por el verde y ahora veo gente sentada en los locales.El uniforme del empleado definitivamente es importante en un negocio.

Veamos, un empleado que ha de vender y atender a un cliente debe tener una serie de habilidades personales, conocer bien el producto y tener una predisposición positiva ante su trabajo, si a todo esto añadimos una vestimenta que esté acorde a sus palabras, al contexto y a la marca que representa hablaremos de coherencia.

El uniforme debe ser cómodo, elegante dependiendo de a qué sector se dedique la empresa, y nunca humillante para quien lo lleve puesto, nada de gorras con elementos extraños que sobresalgan e inciten a la burla. No hay nada peor que pensar que te tienes que poner un disfraz en vez de un uniforme para comenzar tu jornada laboral.

Es una cuestión de lógica, si un trabajador se encuentra cómodo con su atuendo realizará su labor con una actitud positiva. Existen ciertas reglas en algunas empresas que tratan al trabajador como si fuera un ser sin personalidad: deben maquillarse en exceso en algunos supermercados, por ejemplo, lo cual encuentro absurdo cuando se está manipulando alimentos, una cosa es ir arreglada y otra bien distinta parecer que las luces se van a apagar y la cajera va a saltar a la pista a bailar.

Sé que se trata de normas impuestas y nada se puede hacer, pero no tienen sentido y he escuchado a muchas chicas quejarse por tener que ir tan exageradamente maquilladas para cobrar una compra. Se confunde ir impecable con exageración. Quizás pueda parecer un tema baladí pero cuando te ofrecen un uniforme que no resulta práctico además de realizar algo peor tus funciones también puede repercutir en tu salud.

¿Una camisa y un pantalón es apropiado en pleno mes de diciembre para alguien que ha de estar de pie frente a una puerta que se abre cada sesenta segundos? Créanme, sé de lo que hablo. El uniforme dice mucho de la empresa, del respeto que le tiene tanto al empleado como al cliente.

En Pymes y Autónomos|Trajes y corbatas,Compra de ropa para trabajar ¿es deducible ese gasto? Imagen|BiblioArchives / LibraryArchives

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Comentarios cerrados
    • Creo que sé de qué supermercado hablas. Y precisamente tienen un problema con los uniformes. Y es que el que lo diseñó, no ha debido de doblar el lomo en su vida. Porque es una ropa con un nivel de flexibilidad cero. Incómodo y mal adaptado. Pero como el gran jefe es aclamado por propios y extraños como si fuera el Steve Jobs de los pasillos de congelados...

      Respecto a lo del uniforme, hacer un comentario. En cierto momento tuve un pequeño encontronazo con un jefe, porque aunque no era obligatorio, se empeñaba en que debería ir de traje y corbata. Yo le explicaba que yo iba a ver a nuestros clientes en sus puestos de trabajo. Unos iban de traje y corbata, otros de sport, otros en chandal, otros en mono de trabajo. Y yo le intentaba explicar que el traje y la corbata pone una barrera invisible cuando al que visitas no lo lleva, que se hace poco menos que imposible rebasar. Imposible de los imposibles. Y no te quiero contar cuando, como a mí, me tocó ir a ver a un cliente que tenía una enorme granja de vacas, y para llegar a las oficinas tuve que pasar por entre lo que las vacas habían "descomido", maquinaria enorme y montones de heno. El aspecto no podía ser más ridículo y fuera de sitio. Así se lo hice saber a mi jefe. Por esta y por alguna cosa más a los pocos meses ya no estaba en esa empresa.

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