Hace unos pocos días las patronales del sector del automóvil venían a reclamar la supresión del Impuesto de Matriculación, como una medida para reactivar las ventas del sector, la medida, como ya han explicado los compañeros de motorpasión, tiene muy poco futuro, dado que lo que el estado recauda con este impuesto es una cantidad nada despreciable, y en estos momentos el estado no está por despreciar ningún ingreso.
Cualquier vehículo que emita más de 120 gr/km de C02 está gravado con un tipo que va desde el 4,75% hasta el 14,75% (que llega la 16,75 en algunas comunidades autónomas) en este rango se mueven la mayoría de los vehículos que se venden en la actualidad, aunque, cada vez hay más modelos exentos de pagar este impuesto, y hay pocas marcas que no dispongan de alguno ya en sus catálogos. Los vehículos comerciales que no estén destinados en exclusiva a un uso industrial, están sujetos también a este tipo impositivo fijado en función de las emisiones; los vehículos destinados a uso industrial están exentos de este impuesto cualquiera que sea su nivel de emisiones.
Teniendo esto en cuenta, y valorando el hecho de que los vehículos con más bajas emisiones suelen ir equipados con motores menos potentes y por lo tanto suelen estar situados, antes de impuestos, en el rango más bajo de precios dentro de sus gamas (a igualdad de equipamientos) está claro que la eliminación del impuesto de matriculación haría más atractivos modelos de precios algo más elevados, por lo tanto el beneficio para el concesionario y para el consumidor, parece evidente.
¿Porque tiene poco futuro esta petición? Pongamos un ejemplo sencillo, un vehículo no exento de impuesto de matriculación, con un precio de 20.000 euros antes de impuestos, le supone al estado (950 euros de IM y 3600 de IVA) es decir suprimir en IM en un coche de este tipo al estado el supone una merma en la recaudación superior al 20%, cifra que se incrementa cuanto más alto es el IM. Si el estado no está por la labor de reactivar el plan prever, que le suponía 500 euros por vehículo (lo que en el caso del ejemplo supondría una merma de ingresos de poco más de un 10%), es difícil que vaya acceder a renunciar a cifras muy superiores.
Sin duda el mayor atractivo que podría tener esta medida para el consumidor, afectaría a los vehículos de precios y consumos más elevados, los vehículos deportivos o todoterrenos de alta gama; renunciando al IM de un sólo vehículo de 100.000 euros el estado estaría renunciando a 14.750 (16.750 en algunas CCAA) el equivalente a más de 15 vehículos de los mencionados en el otro ejemplo. Lo que resulta poco probable.
Otra alternativa que plantean los compañeros de motorpasión sería una rebaja del IVA pareja a los tipos de IM más bajos, de manera que se incentivase doblemente la compra de este tipo de vehículos. de nuevo sería una medida con pocas probabilidades de ser apliacada ya que supondría renunciar a unos ingresos mayores aún que los del propio IM.
A los autónomos y pymes (ajenos al sector) esta medida de reducción de IM nos beneficiaría en muy contados casos, ya que incluiría vehículos comerciales no afectos a uso industrial, lo que no es una compra muy habitual; y en la compra de un vehículo normal es raro el concesionario que no tenga algún tipo de deferencia comercial que ofrezca descuentos a autónomos y pymes, que puede llegar en algunos casos a un 20% (lo que supera ampliamente o que supone el IM), a lo que hay que añadir la deducción total o parcial de IVA aunque ese vehículo esté afecto parcialmente a nuestra actividad. Por otro lado cada vez más autónomos y pymes optan por fórmulas como el leasing y el renting, en los que la cuantía del IM queda muy difuminada en la cuota.
Sin duda cualquier rebaja en los tipos impositivos es un incentivo para las ventas, pero en este caso, mejor será que las patronales piensen en alguna otra fórmula, esta petición tiene muy pocos visos de prosperar.
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Imagen | Fran Carreira