Cuando las circunstancias económicas no son propicias, las empresas optan como primer recurso reducir los costes en aquellas actividades que son consideradas ede apoyo o secundarias, es decir, que no están directamente relacionadas con el core del negocio. Una de las más damnificadas en estas ocasiones es el Marketing.
Los departamentos de Marketing y Comunicación, son de los primeros en caer cuando se aplican políticas restrictivas de gastos. En gran parte esto ocurre porque no se tiene una imagen clara de lo que está aportando a la empresa disponer de un departamento de marketing, de comunicación o de relaciones públicas.
Lo que resulta incuestionable es la necesidad de mantener relaciones con el público objetivo, de tal modo que permita generar confianza y lazos firmes, esta necesidad se vuelve prioritaria en tiempos de crisis. Desde luego hay una máxima que para que un negocio exista, necesita de relaciones.
Las relaciones públicas son determinantes para superar dificultades porque son efectivas, rentables y necesarias.
Son efectivas porque ayudan a generar confianza y credibilidad, y en este sentido, muestran mayor efectividad que otras disciplinas de la comunicación como la publicidad o la promoción. Son rentables, porque en términos de imagen, repercusión e impacto se suele obtener mejores resultados con menores recursos.
Lo que es evidente que mantener buenas relaciones sociales favorece la creación de lazos afectivos, lo que permite que los contactos perduren en el tiempo y sean consistentes, el problema es que el devenir diario lo urgente no deja tiempo a lo importante, y en general, acaban por descuidarse, lo que puede producir efectos adversos en nuestro negocio.
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