El nombre de nuestro futuro negocio es más importante de lo que pueda parecer. Sólo hay que pensar en grandes marcas a las que asociamos a alimentos o productos de cualquier tipo, que han dejado de ser bebidas refrescantes, yogures,etc. para convertirse en su nombre de marca. Todo un lujo para el creador de ese nombre, pero ¿quién se encarga de encontrar esa fusión de palabras o letras que den en el clavo? ¿Tenemos un buen naming?
Las nuevas empresas deberían tener en cuenta los servicios de algunas consultoras especializadas, entre otras cosas, en buscar ese nombre con gancho, que le diferencie del resto, como por ejemplo decuatro.net. Es un equipo de profesionales en diseño, posicionamiento y demás, pero a mí me llama la atención este servicio. Me parece entre divertido y de una gran responsabilidad. Es curioso lo de buscar un nombre a una empresa ¿verdad?
Un día escuché la historia de un chico que había abandonado su trabajo para inventarse nombres. Suena a película, a comedia concretamente, pero es verídico. Tenia ese don y esa facilidad, pero un nombre de marca es algo serio. El naming es la creación léxica de nombres de marca. A fin de cuentas,es lo más visto, oído, escrito y repetido por nuestros clientes. Por ello, elegir un buen nombre puede colocar a una empresa en una situación privilegiada o condenarla al olvido.
Cómo llames a tu negocio es un paso en que has de pensar con calma. Es el corazón, sin un buen nombre en nuestro negocio, somos como personas sin identidad, que pasarían desapercibidas en este mundo. Te tienen que recordar, ha de ser un nombre fácil y a la vez creativo, distinto a la competencia en todos los aspectos porque no nos olvidemos de la tipografía. Todo es un engranaje que ha de funcionar al unísono y a la perfección. De nada sirve un buen logo mudo, ni un nombre original pero que después no ofrezca calidad en sus productos.
La coherencia es el nexo de unión de un buen nombre, un buen logotipo, y sobre todo: una oferta o servicio de calidad. Conseguir que nuestro negocio se quede en la mente del consumidor, que sea bien recibida en la Whithelist mental es el reto.
Busquemos especialistas, personas que sabrán hallar el nombre eficaz. No nos quedemos con el típico juego de palabras con los nombres de pila de los dueños. ¿Os habéis parado a pensar cuántas peluquerías se llaman Finita y bares Antonio o Pepito?Un poquito de originalidad, por favor. De lo que se trata es de dar el salto creativo sin olvidar el estudio que deberá hacer la consultora si el negocio tiene pensado cruzar la frontera de España. Todos recordamos coches con nombres un tanto peculiares.
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