Vende, pero sin destrozar tu imagen en el camino

Vende, pero sin destrozar tu imagen en el camino
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Este fin de semana he podido asistir a un evento cultural realizado por el ayuntamiento de mi ciudad en el que se pretendían dar a conocer los restaurantes de comida internacional que existen en la zona. Parecía una buena ocasión para probar la calidad de la comida y quizás descubrir algún lugar interesante para ir a comer.

Esta feria, sin embargo, ha podido causar un gran daño a la imagen de dichos locales por no preocuparse por la calidad de las instalaciones ni de las cocinas, algo fundamental. De esta manera, la comida no ha podido ser servida con la calidad suficiente, aunque manteniendo los precios relativamente altos. ¿Puede algún negocio estar satisfecho vendiendo su imagen de esta manera? Quizás la caja diga lo contrario, pero a corto plazo puede ser un gran error.

Un terrible escaparate

Para que se hagan a una idea, al llegar al evento nos encontramos con minúsculos quioscos hechos de chapa metálica, más propios de fiesta de pueblo o de los carnavales, aún vendiéndose como un "gran acontecimiento cultural".

El servicio y la cocina se encuentran juntos y la masificación impide que haya sitios donde sentarse. Todos los restaurantes comparten una zona común de sillas, de tamaño insuficiente, mientras en una gran pantalla proyectan películas de cine al aire libre. Es evidente que sus sillas fueron ocupadas por gente que trataba de comer sentadas.

Bien, los restaurantes ya se han visto obligados a dar una mala imagen estética, aunque algunos intentan solventarlo tapando la chapa con adornos y tapices, como es el caso de los restaurantes africanos o japoneses. En este último, por ejemplo no me pareció muy higiénico comer pescado crudo aunque sé que el restaurante en cuestión tiene una calidad reconocida (nada comparado a la imagen que daban allí).

Me decido por la comida italiana y llega mi sorpresa: pizza precalentada en un horno portátil, servida casi fría en una caja usada y rota. Entiendo que para servir a buen ritmo no puedan preparar la pizza en el mismo lugar, y menos con el espacio con el que contaban, pero me pregunto si sería mejor simplemente no ir a la feria, antes de vender una imagen tan horrible. Parecían obligados a dar una mala calidad.

En este caso, si el ayuntamiento quiere promocionar la calidad de la comida internacional de la ciudad, debería preocuparse por habilitar unas instalaciones medianamente decentes porque visto lo visto, creo que la imagen que se le da a los restaurantes es la contraria.

En mi opinión, más vale vender poco y bien que no mucho y de esta manera. Si nuestra presencia en una feria no está bien planificada puede tener efectos negativos que no se contrarrestan con la mera presencia. Hay que mirar muy bien dónde nos metemos pues ni todas las organizaciones nos permiten vender como queremos ni merecen nuestra atención como profesionales. ¿Queremos vender nuestro restaurante de calidad como un fast-food?

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