Cuando la crisis aprieta, al igual que sucede en las familias, las empresas reconfiguran sus presupuestos para intentar pasar por alto por la complicada situación que atraviesan. Ante este esceneario, son muchas las empresas que se han sumado a la 'moda de recortar' en los gastos de formación con terribles consecuencias para la potencial generación de valor, como ya les hemos advertido en estas páginas.
Es cierto que en muchos de los casos, cuando no se disponen de recursos para cuestiones más prioritarias o elementales como por ejemplo el pago de las nóminas de empleados, las hipotecas o los alquileres sobre los inmuebles en los que se asientan las actividades de la empresa, o el pago de los recibos del renting o leasing de la maquinaria necesaria para el desarrollo de las actividades mercantiles, difícilmente podemos encontrar razones que nos lleven a pensar que haya que anteponer la formación a los anteriores.
Llegada esta situación, no siempre es la solución eliminar esta partida de gasto, sino que más bien hay intentar buscar soluciones intermedias, encontrando el 'mix' adecuado, de tal manera que se trate de mantener aquellos paquetes formativos más importantes, intentando alcanzar al mismo tiempo un mayor un mayor aprovechamiento de los recursos que se les ofrecen a los empleados que tienen la oportunidad de disfrutarlos.
En este ejercicio, sería interesante que los empleados tomen una mayor conciencia sobre el esfuerzo que realiza la empresa para que se puedan formar. Y digo esto, porque en las distintas empresas con las que he tenido la oportunidad de colaborar, son muchos los que se han animado a participar en distintos cursos e itinerarios formativos, y que con el paso de las semanas y los meses han ido relajando su interés, lo que les ha llevado a abandonar las sesiones formativas, sin conseguir el conocimiento previsto y haciendo incurrir a la empresa en un coste de oportunidad cada vez más elevado.En Pymes y Autónomos | La crisis económica está dejando a la formación en un segundo plano Imagen | libros