En nuestra época como estudiantes, intentamos elegir el itinerario formativo que más se asocia a las que a priori se corresponden con nuestras aspiraciones profesionales. Que con el tiempo, y una vez transcurrida la etapa académica, no tienen por que corresponderse con nuestro primer empleo, y que más tarde se corresponderá en una carrera profesional.
Por ello, considero como un flagrante error encasillar las capacidades de un profesional en función de los estudios superiores que este haya tenido la oportunidad de cursar, y también, cuando no confiamos en las capacidad de un profesional por el simple hecho de que no ha cursado la formación correspondiente.
Con ello no quiero decir que la formación no sea necesaria para desarrollar un determinada responsabilidad profesional, pero en muchas ocasiones son necesarias las denominadas 'competencias trasversales', que se adquieren con la expercia profesional, en aptitudes tan diversas como la gestión de equipos, la resolución de problemas operativos, o la mediación con proveedores y/o clientes.
Tal vez, a la hora de localizar a la persona del equipo más capaz para la cobertura de una determinada profesional dentro de la empresa, sea más adecuado confiar en la persona que cuente con la experiencia más completa a la hora de encarar desafíos a los que hemos tenido que enfrentarnos a lo largo de nuestra historia.
En Pymes y Autónomos | Con formación, sin experiencia y poco innovador, el perfil del joven español Imagen | N00