En defensa de la educación presencial

En defensa de la educación presencial
2 comentarios

Hace unos días, Johanna nos hablaba de los no pocos beneficios que tenía la educación a distancia frente a la presencial. Yo mismo soy uno de esos estudiantes que está disfrutando de las muchas ventajas que nos proporciona a los que también trabajamos de una educación más flexible.

Sin embargo, aún creo que todavía le queda bastante camino por recorrer. La educación presencial sigue siendo la educación por excelencia, la más elegida por los más jóvenes y por la que muchos estudiantes sigue aún apostando porque aún todavía sigue presentando múltiples ventajas.

El contacto con profesores y alumnos, esencial para una buena educación

Si bien es cierto que cada vez más los alumnos de la educación a distancia intentan que la misma no sea tan fría en cuanto a contacto se refiere, utilizando para ello las herramientas que Internet proporciona, como chats, foros, o videoconferencias, no se puede decir, ni de lejos, que esté al nivel de socialización de la presencial.

Y es que una de las mayores virtudes que tiene la educación presencial frente a la educación a distancia es el que el contacto entre profesores y alumnos y de alumnos entre sí es mucho mayor. Esto hace que se pueda crear una red de contactos grande que sin duda nos puede ayudar para que nuestro futuro laboral sea próspero.

Esta es una de las razones por las que los más jóvenes se aún decantan por la educación presencial. No solo ya para crear una red de contactos consolidada, si no que en muchas ocasiones para crear un buen grupo de amigos. De hecho, esa es precisamente una de las cosas que más añoro de la educación presencial mientras estoy estudiando es el aula universitaria. Ese vínculo social, el sentido de grupo, para mí es sumamente importante.

Algo que vale la pena destacar son los trabajos de grupo. En las clases presenciales, tendremos que reunirnos en un lugar físico con nuestros amigos para cumplir con el proyecto en los plazos establecidos. ¿Cuántas veces no nos ha ocurrido que el trabajo se entremezcla con risas y bromas o simplemente conversaciones amenas? En el caso de la educación a distancia no hay un lugar físico concreto, ya que nuestros compañeros pueden estar situados a 1.000 km de distancia o incluso en el otro continente.

Si no tenemos ciertos hábitos, la mejor opción es la presencial

Tenemos que reconocerlo. No todos los estudiantes están preparados para estudiar a distancia. Para que la educación a distancia sirva para algo, es imprescindible tener una gran responsabilidad y constancia. Los estudiantes estamos solos ante el peligro y tenemos que buscarnos la vida.

Con esto no quiero decir que la educación presencial no exija una cierta autodisciplina pero, desde luego, ésta es mucho menor. El mero hecho de poder asistir a clase ya nos proporciona un conocimiento de qué es y qué no es importante, además de tener el apoyo directo de un profesor y de nuestros compañeros. En este sentido, la educación a distancia es mucho más difícil. Quien vaya pensando en inscribirse en un curso a distancia pensando que es más fácil, lo mejor que puede hacer es ahorrarse el dinero.

Además, cualquiera puede inscribirse en un curso presencial, independientemente de su conocimiento de nuevas tecnologías. Muchos de los cursos actuales a distancia están diseñados para utilizar únicamente las nuevas tecnologías, y en esto hay mucha gente que aún está muy pez. Con ello no estoy criticándolos, al contrario. Creo que merece la pena que la gente aprenda a manejar un ordenador para de esta manera poder abrirse a una nueva forma de hacer educación. Mientras tanto, la educación presencial será la única que estará pensada para todo el mundo.

La distancia, imposible para ciertos estudios técnicos

Pensemos en una ingeniería, en una carrera científica o en arquitectura. ¿Cómo vamos a experimentar con células si no tenemos un laboratorio físico? ¿Cómo voy a hacer el renderizado de un edificio si no tengo un ordenador que me soporte esta característica? En general, toda carrera que exija un lugar físico concreto para realizar las prácticas es prácticamente imposible de impartirse a distancia.

De hecho, por poner un ejemplo, las carreras que gozan de más aceptación en la UNED son las de ciencias sociales y ciencias jurídicas, además de tener un gran prestigio a nivel nacional. Y puede que uno de los motivos sea precisamente este; las carreras más técnicas son más difíciles de seguir a distancia, por no decir imposibles, por lo que mucha gente se decanta por hacerlas en la universidad presencial.

En general, la educación presencial aún goza de buena salud. Bien es cierto que la educación a distancia le está comiendo terreno, pero aún falta bastante camino por recorrer. Y no olvidemos que es la educación presencial en colegios o universidades es la que nos ha hecho ser lo que somos ahora mismo. Por todo ello, todos debemos salir en defensa de la educación presencial.

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Comentarios cerrados
    • interesante

      Soy profesor y claro que reivindico la educación presencial. Y es que hay cosas que son imposibles de transmitir de otra manera que no sea cara a cara. La enseñanza presencial tiene algo que difícilmente se puede hacer en la enseñanza a distancia y es la personalización. Con la experiencia he llegado a valorar a mis alumnos, con gran precisión, en el primer día, y a partir de esa valoración tienes que ir dirigiendo la enseñanza. Se dan dos circunstancias, que serían, el comportamiento global del grupo, una especie de media aritmética de todos, y los datos individuales. De esta forma ajustas el nivel, el idiolecto, sabes si tendrás que estar más serio o más informal, buscando siempre llegar de la manera más fácil al alumno. A ver cómo haces esto on-line.

    • Ambos defendéis vuestras posturas con mucha lógica. A mí también me ha gustado la enseñanza presencial, jamás imaginé ni que impartiría clases a través de Internet ni que, como alumna recibiría algún curso.

      Entiendo que resulta inviable que ciertas materias se ofrezcan a distancia ¡no tendría sentido! pero precisamente hoy he escrito un artículo para mañana (en realidad para ya porque han dado las doce)donde ofrezco mi punto de vista como formadora online. Con algunos consejos.

      Creo que si te gusta enseñar, escuchar y es vocacional pondrás tanto de tu parte en tus clases que el alumno se sentirá bien. Claro que también he impartido clase presencial y admito que se disfruta más, y es gratificante poder hablar cara a cara con un alumno, observar sus rostros, mil cosas que todos sabéis, pero ¿y las personas que no disponen de tiempo? ¿y los que viven en un lugar donde no hay acceso a estudios? o simplemente alguien que padezca alguna enfermedad como agorafobia.

      Me quedo con las dos opciones porque ambas son útiles. He tenido profesores de cuerpo presente que parecían estar en la nube :)

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