Con la crisis nuestro presupuesto para el ocio ha disminuido ostensiblemente, lo que nos ha llevado a buscar opciones mucho más económicas entre todas las disponibles. En el campo de la hostelería la alternativa parece estar clara con el afloramiento de franquicias low-cost, como por ejemplo: '100 Montaditos', 'La sureña', o 'Mercado provenzal', entre otros.
La baza de estos negocios es el ofrecer bebidas y raciones a precios muy económicos, razón por la cual se encuentran en pleno proceso de expansión, en un escenario económico en el que el consumidor es cada vez más sensible a la variable precio.
Según se desprende de este artículo de El Economista, sus causas justificativas son:
Poder de negociación de los precios ante los proveedores al comprar volúmenes muy grandes de mercancía
Alejamiento de la especialización, al demandar que todos los empleados sepan 'un poco de todo'
Ausencia de cocina, y por tanto prescindir de un cocinero o cocinera profesional
Ofertas muy agresivas, que se sitúan muy cerca de la línea de costes
Analizando estos puntos me planteo si los bares tradicionales están condenados a la extinción con estos precedentes. Respecto a lo que quiero pensar que no, por dos motivos:
No todos los consumidores, por suerte, buscan el precio, sino que buscan una cocina especializada y una carta de variedades mucho más sofisticada
Un modelo como el que se plantea, que tiende al 'autoservicio' va en contra del modelo de especialización que muchos profesionales buscan en la hostelería
En definitiva, es innegable que este tipo de negocios arañan y seguirán arañando cuota de mercado a los actuales, pero no podrán copar todo el mercado. Debiendo de ser un toque de atención para todos aquéllos empresarios que regentan bares y restaurantes, y que deben competir con la especialización y la calidad de servicio como bandera, porque de cometer el error de seguir su misma táctica, estarán perdidos porque entre otras cuestiones no tienen el poder de mercado necesario para conseguir unos aprovisionamientos tan económicos.
En Pymes y Autónomos | ¿Está la hostelería condenada a que no 'despegue' su productividad?
Imagen | Hotel Concorde Berlin