Comenté en un post anterior la necesidad de pedir ayuda de algunos empresarios y de recurrir a profesionales que les puedan asesorar en situaciones conflictivas, de duda o cuando se necesita determinada información. Hoy he leido una noticia que nos indica que 56 pymes de la Comunidad de Madrid han acudido al Servicio de Diagnóstico de la Cámara para solicitar asesoramiento personalizado acerca de las dificultades que hayan tenido en la gestión de la empresa.
Este servicio está disponible desde octubre de 2009 y, a través de él, las pymes de la Comunidad de Madrid reciben un servicio gratuito donde evaluan sus puntos fuertes y débiles, determinar los orígenes de las deficiencias y les ayudan a encontrar alternativas y soluciones, y a mejorar la rentabilidad de la empresa.
Este servicio está dirigido a las pymes madrileñas que tengan como mínimo dos años de actividad. Los asesores de la Cámara elaboran un análisis de la compañía y, en función de los resultados de ese análisis, la empresa recibe una serie de recomendaciones y de medidas a adoptar para garantizar la supervivencia de la empresa a medio y largo plazo.
Lo que llama la atención es que, siendo un servicio gratuito, y a punto de alcanzar el año de actividad, sólo 56 pymes hayan recurrido a este servicio. ¿Es posible que en toda la Comunidad de Madrid, sólo 56 pymes hayan pasado por una situación de dificultad que haya requerido los servicios de este servicio?
Es fácil pensar que "la falta de problemas" en las pymes madrileñas se deba, por un lado, a la desconfianza de muchos empresarios a exponer su situación real. Algunos no quieren reconocer sus problemas, quieren ocultar su mala gestión o bien porque puedan tener "algo que esconder",
Otro motivo para no pedir ayuda es la actitud de algunos de no querer escuchar una segunda opinión. "Nadie mejor que yo, el dueño de la empresa, para solucionar los problemas" o "me va a enseñar un tipo cualquiera lo que tengo que hacer" son expresiones muy utilizadas en personas que sólo admiten las cosas desde su punto de vista. Realmente, ¿para qué van a requerir este tipo de servicios si luego no van a hacer ni caso de lo que les recomienden?
El caso es que en Madrid hay un servicio que, con la situación actual, debería de tener una gran demanda y, sin embargo, no utiliza casi nadie. Desconocemos los resultados de las recomendaciones dadas por los asesores, si son efectivas y si han servido de ayuda a las empresas que lo solicitaron, pero, desde luego, lo que si es destacable es que su utilización es casi ridícula.
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