A vueltas con el duro entorno en el que ha de competir las empresas españolas, me gustaría analizar brevemente por qué la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) no tiene presente en sus estudios económicos la situación por la que atraviesan nuestras empresas.
El hecho es que hoy se ha vuelto a pronunciar sobre la economía española reclamando un contrato único, un despido más barato, y también una subida adicional del IVA, lo que reabre el debate sobre si esta receta es la más acertada para lograr salir de la grave crisis económica que tiene sumido al país.
Como ustedes conocen, las empresas, y en particular las pequeñas y medianas empresas, son las que mueven la actividad económica del país, y como tal motor, también suponen una importante inyección de recursos financieros para las arcas del Estado.
Actualmente, por el efecto crisis, la mayoría de las empresas facturan mucho menos que las cifras que existían hace tan solo unos años. Y es más, con las subidas de impuestos que de manera paulatina se han ido aplicando, las empresas han tenido que revisar al alza sus tarifas de bienes y servicios, por lo que sus ventas se están replegando aún más por la gran elasticidad que posee la demanda de ciertos productos, lo que implica una menor recaudación.
En mi opinión no creo que las medidas que plantea este organismo, al menos en materia tributaria, sean las más acertadas, necesitando justo lo contrario, medidas que favorezcan el tráfico comercial, el aumento de las ventas, y en definitiva, de la actividad económica.
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