Ya para terminar con este recorrido sobre los tipos de jefes dejo estos últimos; el adicto al trabajo, el apariencias y el dictador. Que nadie se sienta ofendido si no se identifica con alguno de los reflejados en estros tres posts, tipos de jefes hay tantos casi como empresas, y no están todos reflejados aquí.
He dicho desde el pricipio que no pretendía hacer un estudio minuncioso, sino poner de relieve unos cuantos perfiles, y cada uno verá si reconoce a alguien o se reconoce en alguno de ellos, y quizá sirva a alguno para reflexionar.
- El adicto al trabajo.
Siempre está ahí; llega antes que nadie, y nadie sabe a que hora se va. Los horarios no se han hecho para él. Los empleados tienen sus propios horarios, pero algunas veces el jefe no se da cuenta de eso, y los llama a cualquier hora, o les exige quedarse más horas de las convenidas. Sus empleados en general no comparten su adicción, lo que hace que el jefe a veces piense que no se involucran lo suficiente.
- El Apariencias.
Está convencido de que el hábito hace al monje y da más importancia a la apariencia que al valor real, prefiere una secretaria mona e ineficiente antes que una más eficiente pero no tan mona. Prefiere gastar el dinero en unas sillas de diseño, aunque sean de imitación y algo incómodas en lugar de unas más ergonómicas pero no tan llamativas, a igualdad de precio. Los empleados cuidan con esmero su imagen, lo que siempre es de agradecer. El peligro es que tras esa buena apariencia no haya un buen profesional, o que se descarten profesionales adecuados porque "no lucen".
- El dictador.
Sin duda un buen jefe ha de ser autoritario, pero hay formas y formas de ejercer la autoridad. El dictador quiere que las cosas se hagan por que el lo dice. Tiene siempre la última palabra. Los convenios los marca el (no son acuerdos, sino imposiciones) No duda en señalar el camino de la puerta a quien se atreve a contradecirle. No le importa tener o no la razón, se hace lo que el dice. Los empleados trabajan con cierto miedo, pero al mismo tiempo se limitan a cumplir órdenes que saben que no deben cuestionar por muy absurdas que sean. Esta actitud no lleva a ningún lado, es dicfícil que el diactador esté en posesión de la verdad absoluta, lo que le llevará a tomar decisiones equivocadas de las que sólo él es responsable, pero siempre buscará alguien a quien culpar.
Siguen quedando tipos en el tintero, ¿habéis reconocido algún perfil?
En Pymes y autónomos | Curroalcohólicos: Jefes adictos al trabajo Imagen | Fran Carreira