En esta época en la que todos parecemos estar 'condenados' a emprender una actividad empresarial por nuestra cuenta y riesgo, muchos son los que se ponen a investigar qué es lo que pueden crear para emprender un nuevo negocio, para lo que resulta un papel fundamental la información.
Esta información se concentra en los ámbitos de cómo debemos pedir financiación, el asesoramiento legal y fiscal para crear nuestro negocio, los estudios de mercado, y cómo no, las estadísticas. Respecto a estas últimas hay que tener mucho cuidado, porque de la manera en la que las interpretemos, dependerán las conclusiones que obtengamos, de tal modo que algo regular puede acabar siendo muy malo o muy bueno en función de los ojos con los que se mire.
Una de estas estadísticas es la ratio de emprendedores que tiene éxito sobre el total de los que se lanzan a la aventura, resultando que tan solo un 10% tiene éxito finalmente. Cuidado, que hay que ver cómo arrancan estos emprendedores, porque hay que aseverar que se trata de proyectos listos para lanzar, que dispongan de la financiación necesaria, y sobre todo, que se trate de buenas ideas, porque es conocido por todos que en el mundo de la empresa no se aplica la regla del 'todo vale'.
En conclusión, el mejor termómetro que podemos utilizar para discernir si nuestra idea es buena o no es si permite cubrir una necesidad concreta, de manera eficaz, con un mantenimiento razonable, y con un coste económico contenido. Ya que a la hora de crear un bien o servicio, no solo es importante que la idea sea buena, sino que también se encontrará sujeta a otros condicionantes como cualquier otro producto o servicio que se cree en una empresa ya consolidada.
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