En los últimos meses la mayoría de los dirigentes de los grandes grupos empresariales de bandera española han salido a la palestra para defender la economía española, invitando a los inversores internacionales a apostar por nuestro país.
En este empeño se han utilizado muchas bazas para llamar su atención, pero una que me ha llamado la atención especialmente es la que ha protagonizado el presidente de la eléctrica Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que ha asegurado que:
'España es un país muy barato, vengan antes de que sea demasiado tarde'.
Aunque he de reconocer que es un aspecto muy positivo, porque es innegable que todo inversor busca un buen precio para rentabilizar al máximo el capital invertido, pero que no es el único factor decisivo.
Por tanto, creo que se deberían de aportar otros alicientes, como bonificaciones y exenciones fiscales para estas empresas, seguridad y estabilidad a los contratos empresariales, y otros tantos incentivos fiscales y financieros que pueden utilizarse para conseguir este objetivo, aunque esto debe de anunciarse por parte de nuestro gobierno.
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