Es muy típico de estas fechas enviar felicitaciones navideñas a clientes, proveedores, etc. En ocasiones se trata de una campaña de mailing encubierta que lo que trata, más que de felicitar, es de vendernos sus productos. Pero creo que es una estrategia equivocada, si utilizamos la Navidad para un acercamiento personal debemos aportar cercanía y evitar el spam en las felicitaciones navideñas.
En primer lugar porque si no realizamos una comunicación comercial podemos enviársela a todo tipo de clientes, tal y como haríamos con un correo normal. No vamos a vender nada, sólo vamos a felicitar el año, recordar que estamos a su disposición, etc. Pero esto no podemos hacerlo de forma impersonal. Tenemos que tomarnos la molestia de personalizar lo máximo posible los envíos.
En definitiva, que no sea un automatismo, que el cliente al que hemos enviado la felicitación sepa que está escrita para él, y sólo para él. En aquellos clientes que tengamos autorización para enviar información comercial podemos personalizarla con la gama de productos que creemos que a ellos le van a interesar, muy enfocados a los productos o servicios que ya nos ha contratado.
El objetivo es que el cliente se sienta especial, único, con un trato diferencial, que nos aleje de las grandes multinacionales, añadiendo el factor humano. Este correo no lo ha redactado una máquina, lo hemos mandado nosotros con nuestro afecto para desear un feliz año. Y esto tiene que notarse en la comunicación.
En Tecnología Pyme | Breves consejos para las campañas de e-mailing Imagen | ali edwards