El uso del smartphone personal en el ámbito profesional está más que extendido. De hecho son muchas las empresas que ven como las limitaciones que ponían al uso de Internet y las redes sociales se van al garete al utilizar los empleados sus teléfonos personales para dichos accesos. Pero todo tiene un límite en el uso del smartphone en el trabajo.
En estos días que se está corriendo el Tour de Francia hemos visto como era un ciclista profesional el que en plena carrera utilizaba su smartphone para realizar una consulta. Algo que no da un buen ejemplo, tanto a nivel de seguridad vial, como profesional, donde refleja una tendencia a utilizar el smartphone en todo tipo de circunstancias.
Pero también una actitud de anteponer nuestros temas personales a los profesionales. No es la primera vez que vemos como alguien tiene que esperar a que le atiendan en una empresa porque otro está enviado un mensaje, un correo, etc. Pero también como quedan tareas pendientes en el trabajo, pero se han revisado y contestado las actualizaciones de Facebook.
Es algo que la tecnología ha potenciado pero que ya estaba latente. En alguna ocasión me he encontrado esperado a que me atiendan mientras la persona finalizaba una conversación telefónica privada para organizar una cena, la escapada del fin de semana o cualquier otra cuestión personal.
Lo mismo con mensajes SMS, correos electrónicos con PowerPoints de gaticos que llegaban a nuestra cuenta de correo profesional, etc. Es algo que la empresa debería cuidar y hacer que los trabajadores eviten. Al final nos preocupamos mucho por la imagen de nuestra empresa, con vehículos, smartphones o portátiles y luego estos detalles no se cuidan como deben.
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