Con el porcentaje de parados cada vez más alto el número de currículos que pueden recibir las empresas, tengan o no una vacante puede ser muy grande. La cuestión es como tratar toda esta información y si el currículum en papel ha dejado de ser útil para la empresa y también para el candidato.
Para la empresa porque si es una pyme no tiene capacidad para tratar toda esta información, o no puede dedicar los recursos necesarios o simplemente el espacio, para archivar la cantidad de currículos que va recibiendo mensualmente. ¿Cómo acaban todos estas candidaturas? Pues en el mejor de los casos se pasan por la trituradora de papel y se destruyen.
A partir de aquí, la empresa puede tratar los datos electrónicamente, para lo cual lo mejor es que tenga un formulario en su propia web que el candidato debe rellenar para que llegado el momento de ofrecer una vacante tengamos una base de datos de candidatos donde elegir. En todo caso, mejor un enlace al currículo online, que se mantenga siempre actualizado que un documento en papel que un año después puede estar obsoleto.
Para los candidatos que entregan un currículo en papel quizás también les interesa diferenciarse en la forma de entrada, hacer un documento que llame la atención. ¿Un currículo como una infografía? ¿Incluimos un código QR para que enlace a un documento que se puedan descargar?
¿O enviamos lo enviamos por Twitter directamente? Lo cierto es que formatos para crear un currículo atractivo desde luego no nos faltan, tanto si lo que queremos es destacar por aspecto o ponérselo fácil a recursos humanos y adaptarnos al modelo de currículo europeo.
Lo que tengo cada vez más claro es que la utilidad de entregar un currículo en mano, más allá de que nos conozca personalmente la persona que nos va a contratar, tiene poca utilidad, tanto para el demandante de empleo como para la empresa que tiene una vacante.
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