Hay dos tendencias mayoritarias a la hora de recordar las contraseñas. La más habitual es poner a todo la misma contraseña, sin importar si es la página de registro de una tienda online en la que compramos, una red social o el acceso al ordenador de la oficina. En otros casos se opta por dejarla apuntada en una nota, generalmente pegada en la pantalla. Y así llevamos años. Pero hoy en día se hace imprescindible utilizar un gestor de contraseñas.
Porque es la única manera de mantener una mínima separación entre servicios personales y profesionales, pero también que el fallo de seguridad no comprometa toda nuestras credenciales y nos veamos obligadas a cambiarlas, o lo que es peor, sufrir un problema de seguridad, un secuestro de cuentas, etc.
Y si no establecemos una barrera mínima todos estos problemas serán vasos comunicantes y un problema en nuestra cuenta de una red social con la que nos identificamos en un servicio cuyas contraseñas han quedado expuestas supone un grave riesgo al final para el ordenador del trabajo.
Pero es que además podemos trasladar el problema de una empresa a otra. Un error de este tipo puede afectar a un empleado que ya no está en nuestra organización, pero esta vulnerabilidad afectar a alguna cuenta que se mantenga ya que es habitual que no exista la disciplina necesaria para revocar accesos.
Un gestor de contraseñas nos puede hacer la vida mucho más fácil en este sentido. Los datos de acceso se almacenan y podemos tenerlos a mano en el ordenador, en el móvil para poder registrar contraseñas de forma automática, complejas, largas y casi imposibles de recordar. El gestor se encarga de hacerlo por nosotros. Solo tenemos que tener la disciplina necesaria para mantener la contraseña maestra segura, cambiarla cada cierto tiempo y no utilizarla en ningún otro servicio.
La otra opción es tirar de libreta de claves, como se ha hecho toda la vida. Lo malo es que si tenemos que renovarlas de forma periódica, al final no tenemos muy claro si la que hemos apuntado es la nueva o la que ya tenemos caducada. Hoy en día no es una solución aceptable.
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