La semana pasada lo anunció la compañía Kodak, dejará de fabricar impresoras de tinta. Pero hace ya tiempo que otra compañía del sector como Brother Lexmark realizó también un anunció similar, abandonando la producción de impresoras de tinta. ¿Es un cambio de tecnología o simplemente una consecuencia de las marcas blancas en las tintas?
Lo cierto es que el movimiento afecta más al sector de consumo que al profesional, donde seguirán vendiendo impresoras y cartuchos, que no deja de ser un negocio muy rentable. En el sector profesional donde la calidad de impresión muchas veces es un valor añadido no deja de ser interesante mantener para cuestiones puntuales muy concretas impresoras de tinta.
Otras marcas apuestan por la tinta
Mientras otras marcas como Epson tienen una apuesta decidida desde hace tiempo por la tinta, incluso en sectores profesionales e intentan alcanzar un coste de impresión por página que esté próximo a lo conseguido por el tóner, otros han decidido tirar la toalla en este aspecto. Por lo tanto no veo un cambio de tecnología, sino más bien un abandono de un sector doméstico que ya no valora tanto ni tiene unas necesidades tan grandes de impresión de fotografías e imágenes a color.
Porque este es uno de los principales motivos, donde las impresoras domésticas eran muy económicas y los cartuchos muy caros. Hoy en día las necesidades de impresión de imágenes han disminuido y se comparten más a través de redes sociales o servicios web. Además la llegada de los marcos digitales hace que ya no se impriman en muchos casos. ¿Y que pasa en la empresa?
El sector de la empresa sigue otro camino
Pues aquí tenemos dos tendencias a mi modo de ver. La primera es apostar por consumibles reciclados o compatibles aún a costa de perder calidad, no aprovechar los consumibles tanto como los originales o generar un mayor gasto de mantenimiento en las impresoras. Todo esto varía en función del proveedor, pero aún así a muchas empresas sumando todos los costes les sigue compensando.
Por otro lado están las empresas que mantienen consumibles originales y buscan una calidad de impresión que muchas veces sólo va asociada a impresoras de tinta. Siempre con un adecuado control puede ser una buena solución y sobre todo una alternativa para todos los documentos que salen de nuestra empresa, entregados a clientes, que nos pueden ayudar a cerrar una oferta, por ejemplo.
Pero mi impresión es que para la mayoría el objetivo que se busca en conseguir el coste por página más bajo posible. Aunque quizás lo más productivo sería acompañar esta búsqueda con unas políticas de impresión que consiguieran reducir el número de páginas impresas en cada empresa, que esto si genera realmente un gran ahorro.
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