Una de las cuestiones por las cuales MS Office es el programa ofimático más utilizado en las empresas es el conocimiento que la mayoría de los trabajadores tienen en dicho programa. La cuestión de la formación ofimática en las empresas es algo que se da por supuesto, pero no siempre se cumple con esta regla.
En este sentido Microsoft realiza un gran labor, certificando centros para que puedan impartir la formación adecuada. Además a esto se une la red de arrastre que trae el ser líder en el mercado, con el segundo a mucha distancia. Sin embargo, los cambios de interfaz de MS Office provocan que sea necesario un reciclaje en la formación de los trabajadores. En este sentido, ya se cambió la interfaz desde Office 2003 a 2007 y se hará lo mismo en Office 2010, así que cuando llegue la hora de cambiar de versión de programa muchos trabajadores tendrán que volver a acostumbrarse a manejar Word, Excell o Access de una forma distinta.
Y en esto no digo que sea mejor o peor la interfaz. Desde Microsoft dicen que es más sencillo, a mí me parece que es intuitiva y sencilla, pero tiene que luchar con la política de continuidad que tenían con todas las anteriores versiones. Parece que los cambios de MS Office 2010 serán menos drásticos que los acontecidos entre 2003 y 2007.
Estos mismos ajustes son similares a los que tendrían los trabajadores de pasar de MS Office a OpenOffice, y por lo tanto, mantenernos con el mismo programa no nos vacuna contra el cambio que deciden terceros en los programas. Esto ocurre con todos los programas y sistemas, pero bien es cierto que los ciclos de Microsoft son muy cortos.
Llegados a este punto es hora de preguntar, ¿qué enseñamos en las empresas, ofimática u MS Office? Para mi la respuesta es clara, se enseña MS Office y esto ocurre en un ámbito que excede extrictamente el ámbito empresarial, puesto que para cualquier oposición, por ejemplo se exige MS Office, no ofimática. Todo ello contribuye a que cuando una empresa se plantea un cambio a otra suite, todo sean problemas y contratiempos.
Al final lo que las empresas buscan es productividad, y si tienen que hacerlo pagando licencias lo harán. Muchas veces el problema está en la mentalidad y sobre todo en el desconocimiento de lo que nos ofrecen otros programas. Por ser gratuitos no son más complicados ni funcionan mal, Lotus Symphony es otro ejemplo de una buena suite ofimática, prácticamente desconocida.
En el único punto que no encuentro una alternativa adecuada es para Access que hoy por hoy, no tiene alternativas adecuadas. La formación de nuestros trabajadores debe partir de lo general y centrarse en lo particular. Deberíamos exigir que se formaran en ofimática y luego se particularizara para la suite que usemos en nuestra empresa. La curva de aprendizaje sería mucho más corta de lo que es hoy en día.
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