Muchas veces hemos oído hablar de la cultura de PowerPoint y de la forma de presentar a la que nos acostumbra este popular programa informático. Pero el problema no es la herramienta que utilizamos sino cómo lo hacemos. He visto presentaciones magníficas creadas con PowerPoint y otras desastrosas. Por eso conviene no perder el foco, lo importante es el producto no la presentación.
De nada nos servirá tener a nuestra disposición de la misma herramienta con la que Steve Jobs creaba sus presentaciones si luego resulta que no sabemos utilizarla. Cometemos errores básicos que tienen que ver con el mal uso de las herramientas que tenemos a nuestra disposición para realizar las presentaciones.
Tres errores comunes con las herramientas en las presentaciones
Entre los principales errores que podemos cometer con las herramientas de presentación están los siguientes:
Errores de lenguaje: Son aquellos que tienen que ver con el lenguaje que nos permite la herramienta. La presentación es visual, por lo que debemos cuidar este aspecto. No abusar del texto ni de las viñetas. En todo caso si lo ponemos en tamaño grande y que sea bien legible. Aquí también podríamos hablar de las fuentes a utilizar en las presentaciones.
Errores de calidad: No hay nada peor que tener imágenes de mala calidad, pero también utilizar las imágenes predeterminadas de la herramienta de turno. Lo mismo podríamos decir del caso de los gráficos, muchas veces pensados para verse en pantallas de ordenador y que resultan difíciles de seguir en una diapositiva, sobre todo si son complejos.
Mírame se utilizar PowerPoint y para demostrarlo voy a usar todos sus recursos. Cada diapositiva una transición distinta, un efecto distinto, algo que sorprenda. De esta forma tenemos a la audiencia más pendiente de por donde va a aparecer la próxima diapositiva que de lo que estamos presentando. No es un error exclusivo de PowerPoint, ocurre con otras herramientas como Prezzi, Keynote, etc.
Sencillez y foco en el producto
Lo más importante para mi es tener claro que queremos mostrar y el tempo en el que queremos hacerlo:
- Mejor abreviar que soltarlo todo deprisa y corriendo. De nada sirve haber creado una presentación con 500 diapositivas si sólo tenemos 5 minutos. Mejor condensar el mensaje al tiempo que tenemos, por eso no suele ser buena idea reutilizar las presentaciones.
- Una idea, una diapositiva y aquí si queremos podemos aplicar sobre la misma distintos elementos que vayan apareciendo de modo secuencial. De esta forma vamos desarrollando la idea.
- Siempre pensando en el producto que presentamos que es lo que tratamos de vender, de enseñar o compartir. La persona que salga de la presentación tiene que quedarle fijado en la memoria que ha estado viendo. Por eso ideas sencillas y enfocadas hacia el propio producto.
Realizar una buena presentación no es un trabajo fácil. Requiere mucha práctica y no depende tanto de la herramienta que utilizamos como del orador. Si tenemos cualquier duda, lo mejor es buscar siempre la máxima sencillez resaltando siempre las ideas básicas.
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