Por qué deberías tener una copia de seguridad preparada para resolver una catástrofe mayor
Hay muchas razones por las que las empresas hacen copias de seguridad de sus datos, pero también de sus sistemas críticos. La principal es asegurar la continuidad del negocio en caso de que surja un problema que haya provocado pérdida de datos o inhabilite sus sistemas. Estas copias pueden ser más o menos complejas, pero en todos los casos tienen que tener una que esté pensada para recuperación en última instancia. Vamos a ver por qué deberías tener una copia de seguridad preparada para resolver una catástrofe mayor.
También se conocen como copias ante desastres o de último recurso. Están pensadas para ser el último eslabón que sostendrá nuestro negocio si todo lo demás ha fallado. Por eso son críticas y tendríamos que asegurarnos no solo de hacerlas, sino de comprobar que funcionan bien para no llevarnos sorpresas en el caso de tener que utilizarlas.
Una copia de seguridad para utilizar como comodín que salve nuestro negocio
El primer requisito que deben cumplir estas copias es que deben ser completas. Tienen que guardar todos los datos necesarios para recuperar nuestros sistemas en caso de necesidad. Esto incluye directorios y archivos, pero también bases de datos, programas, licencias o instaladores en caso de ser necesario.
Las copias pueden ser solo de datos o de todo el sistema. Hoy en día muchas empresas apuestan por tener una copia de máquina virtual de sus sistemas críticos, de manera que si ocurre un incidente de seguridad informático, un problema con el hardware que inhabilita nuestros servidores o un desastre de otro tipo como un incendio en el centro de datos, tenemos a salvo una copia con todo lo necesario para volver a poner en marcha la empresa en un tiempo mínimo.
Es importante tener claro qué información tenemos que salvar en todo momento y dónde lo hacemos
Aquí no podemos olvidar sistemas tan importantes como los smartphones, que hoy en día acumulan más información que el ordenador de muchos empleados. Y en muchos departamentos dependen de la información que tienen para su día a día.
Los negocios que no pueden permitirse interrupciones de servicio, como podría ser un banco o una cadena de hoteles, una línea aérea invierten grandes cantidades en que este tipo de copias y recuperaciones se hagan de forma automática, en minutos y prácticamente sin necesidad de que intervenga el servicio técnico.
En todo caso, esta copia tendría que estar siempre desconectada de cualquier sistema de la empresa. Es decir, se hace la copia en el soporte elegido, se desconecta y se guarda en un lugar seguro. En muchos casos se guarda fuera de la empresa para que en caso de un robo, de un incendio o un percance de cualquier tipo que afecte a nuestras instalaciones se pueda recuperar.
Nuestra copia en la nube
Quizás por este motivo muchas organizaciones apuestan por tener esta copia de seguridad en la nube. Y aquí a veces surge una pequeña confusión. Tener una carpeta con los datos básicos de nuestro negocio sincronizada con la nube no es una copia de seguridad. Si nuestros datos sufren un problema, una pérdida o un deterioro se podría propagar también a la réplica que se hace en la nube.
Si queremos utilizar la nube para guardar esta copia fuera de nuestras instalaciones en ningún caso tiene que ser copia de sincronización. Siempre se debería guardar la copia completa de todos los datos. Y tener en cuenta que cumpla con todos los requisitos necesarios en el caso de que estemos tratando datos personales, algo bastante probable.
¿Cómo recuperamos datos y cuánto tardamos?
Por último un aspecto importante es saber cuánto tiempo tardamos en recuperar la normalidad en nuestra empresa. En este sentido tenemos que tener en cuenta el tiempo que nos costará descargar los datos si los tenemos en la nube o copiarlos si los tenemos en un disco externo.
También si necesitamos restaurar nuestro sistema qué tiempo tardaría y en qué dispositivos podemos hacerlo. En este sentido hay empresas en las que cada minuto cuenta y otras donde es asumible estar sin trabajar una mañana.
No dejar nada al azar
Por último, una copia ante desastres como esta no puede quedar nada sin probar. Es necesario verificar que las copias se ejecutan periódicamente, pero también que se copian todos los datos imprescindibles. Hay que revisar al menos una o dos veces al año que todo esto se cumple.
Y realizar test de esfuerzo, donde veamos que si copiamos datos o recuperamos una máquina virtual, tenemos todo lo necesario para poner en marcha nuestra empresa y de esta forma evitar sorpresas.
Agosto suele ser un buen mes para realizar este tipos de pruebas, ya que para la mayoría no supone una temporada con una carga de trabajo excesiva y se puede organizar un parón para cuadrar la realización de alguna prueba que permita a la empresa estar segura de que todo funcionará en su momento.
Imagen | Tara Winstead en Pexels