Una de las cuestiones que no acaban de convencer de las redes sociales a muchas empresas a la hora de invertir es la capacidad que tenemos de comunicarnos con los clientes. Es cierto, las redes sociales sirven sobre todo para comunicar, pero de forma genérica, tenemos seguidores no suscriptores como tendríamos a nuestra newsletter.
Y esto es una diferencia notable, ya que no tenemos forma de contactar de forma directa para enviar comunicaciones comerciales, lo que nos impide en muchos casos segmentar correctamente. Tampoco tenemos la autorización necesaria por los seguidores de las redes sociales para enviarles estas comunicaciones comerciales.
La conversión que obtenemos en el email marketing es mucho más alta que en las redes sociales, por eso parte de nuestra estrategia en estas redes supondrá obtener los datos necesarios para convertir a estos seguidores en suscriptores que incorporar a nuestra base de datos.
Para hacerlo podemos crear una página de aterrizaje donde enviamos a los seguidores de las redes sociales, para que se registren. Aquí es importante crear bien la página para que cumpla con su misión. Podemos ofrecer acceso a un sorteo de un producto, algún tipo de contenido o descuento, etc. que sean atractivos para nuestros lectores.
A partir de aquí ya podemos hacer un trabajo de calidad previa a los envíos, que nos permitan segmentar bien según los intereses de los usuarios que nos siguen, de forma que al final enviamos menos correos electrónicos, pero muy orientados a los intereses de nuestros clientes.
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Imagen | Rich Brooks