Muchas empresas y negocios siguen trabajando igual que hace años, con un puesto de trabajo, aplicaciones y datos que se ejecutan o se guardan en el servidor y si queremos trabajar tenemos que estar presentes en la oficina. Por eso creo que el verano es el momento perfecto para probar las posibilidades de la nube para trabajar.
En el mejor de los casos existen conexiones remotas por Terminal Server utilizando el escritorio remoto. No es lo mejor, sobre todo porque nos estamos conectando directamente a nuestro ordenador de la oficina, lo que puede dar lugar diversos contratiempos, sobre todo si este equipo por cualquier motivo se apaga.
La nube es mucho más que almacenamiento de archivos
Cuando hablamos de trabajar en la nube para muchos es hablar de almacenar archivos que tenemos sincronizados en nuestros equipos en local. Pero es mucho más que eso. Se trata de tener nuestras aplicaciones online, donde trabajamos al conectarnos con nuestro usuario y contraseña a dicha aplicación.
Más allá de las dificultades técnicas que pueda tener el proceso de migración de las principales aplicaciones de nuestra empresa, es muy importante hacer pruebas reales, con el tiempo suficiente de uso para ver las ventajas que nos proporciona y también los inconvenientes que nos pueden surgir.
Es en esta época del año donde más partido le podemos sacar, por un lado porque estamos más tiempo fuera de las oficinas, con horarios de verano, que nos dejan las tardes libres o las vacaciones que disfrutamos, pero donde podemos necesitar conectarnos en momentos puntuales para solucionar alguna cuestión concreta.
A la vez tenemos una carga de trabajo más reducida en muchos casos. De esta forma podemos pasar el periodo de transición que la curva de aprendizaje nos impone. Ya en septiembre nos podemos plantear si el cambio merece la pena o simplemente si nos sale rentable.
Una transición progresiva a la nube
Dependerá mucho de la tipología de empresa que tengamos, de la complejidad de la aplicación que nos llevamos a la nube para que la transición sea más o menos compleja. No es lo mismo tener un ERP en la nube que la aplicación de facturación, un gestor de proyectos o un gestor documental.
Personalmente soy partidario de cambiar poco a poco aplicaciones, de ir creando una cultura de uso de la nube en la empresa, que ayude a sin crear graves rupturas o provocar resistencia al cambio, cambiar el rumbo de nuestra empresa hacia el trabajo sólo en la nube.
De esta forma podemos ir empezando por las aplicaciones más sencillas, para poco a poco ir migrando otras que nos permitan trabajar desde cualquier lugar, desde cualquier dispositivo para tener una dependencia menor de los programas que tenemos instalados en nuestros equipos. Y vosotros, ¿habéis empezado ya esta transición o no lo veis viable?
En Tecnología Pyme | ¿Sale rentable el salto a la nube en la empresa?
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