Cómo afrontar una entrevista de trabajo

Cómo afrontar una entrevista de trabajo
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HOY SE HABLA DE

Lo importante hoy día es que suene el teléfono y de alguno de tantos lugares donde hemos dejado nuestro currículumm nos llamen. Pero una vez que este hecho se da, vamos a centrarnos en algunos pasos que sería bueno cuidar.

Hace un mes hablamos sobre algunos responsables de Recursos Humanos y de su falta de tacto, una vez más, las redes sociales fueron las causantes de que este comportamiento hacia el entrevistado fuera conocido a nivel mundial. Afrontar una entrevista de trabajo cuando se lleva tiempo fuera del mercado, es complicado.

Preparar la entrevista

Todos hemos oído alguna vez aquello de "lo mejor es ser natural" y es cierto, pero no hay mejor improvisación que la que se ensaya. Una entrevista de trabajo no de deja de ser una carrera de obstáculos que debemos superar. Y la primera barrera es la de conquistar al entrevistador con tus dotes de comunicación.

Una excelente carta de presentación

El currículum nos abre las puertas a la entrevista.

  1. La estructura es fundamental
  2. Demostrar capacidad de síntesis
  3. Utilizar frases propias o que nos inspiren para captar la atención
  4. Esa frase puede resumir en qué somos expertos
  • Las cartas de presentación son las que marcan la diferencia

¿Por qué son tan importantes las cartas de presentación?

Porque marcan la diferencia. Sobre todo si la escribimos nosotros y no utilizamos una copia de alguna plantilla. En esa carta hemos de demostrar que nos hemos informado sobre la empresa.

Del puesto de trabajo, de su página web, de qué lemas son los que definen la organización para la que queremos trabajar y mencionarlos en la carta.

Ocasión para vendernos

Este documento es la mejor herramienta para vendernos. Expliquemos dónde hemos visto la oferta de trabajo, qué nos ha parecido interesante, en qué perfil encajaríamos.

Hay que ligar la información del currículum en la carta, mencionando las capacidades y conocimientos que nos hacen perfectos para el puesto.

Sin olvidar la parte emocional. Hay que tocar el corazón de esa persona que nos va a abrir o cerrar las puertas de la organización.

Ensayando

No es nada descabellado. Acudiremos con más templanza si previamente nos observamos frente al espejo cuando hablamos. Nos podemos llevar una sorpresa: gesticulamos mucho, hablamos rápido o muy lento. Hablar en voz alta frente a un amigo o familiar puede ser de ayuda.

Podemos preparar y argumentar algún esquema sobre lo que queremos decirnos para vendernos mejor. Vender no es algo peyorativo, se trata de exponer de una manera atractiva lo que sabemos hacer y podemos aportar.

Preguntas habituales

Si hemos dejado claro que buscamos un cambio nos preguntarán el motivo. O cómo era un día en nuestro anterior trabajo. Puntos fuertes y débiles y oportunidades de mejora (nadie es perfecto)

Hay que estar preparado para preguntas relacionadas con el paro, si llevamos mucho tiempo en esa situación. No sólo se trata de mostrar un puñado de títulos, a veces, contar una situación personal, como la de cuidar a un familiar dice mucho de la predisposición de esa persona.

Y si nos dicen que no

A ese reto se enfrenta quien busca trabajo. Al de tratar que en un sólo lugar nos diga que sí, ¿pero cómo lidiar con ese no que afecta a nuestra autoestima? Aprendiendo de él y mejorando para la próxima.

Si poseemos conocimiento, habilidades y tenemos una buena actitud, es decir, sabemos vender nuestra manera de ser, la mitad del camino estará recorrido. Cuando se busca trabajo hay que ser un buen estratega y anticiparnos a cuestiones como :

  • Que dispongan de menos tiempo para nosotros y saber sintetizar en dos frases la razón por la que deberían elegirnos. Sin temor a parecer atrevidos.

  • No temer a la entrevista ni verla como un interrogatorio. Ambos necesitan información del otro para llegar a un acuerdo.

En Pymes y Autónomos|No me siento valorado, adiós

Imagen|Charlie W. Karl

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Comentarios cerrados
    • "lo mejor es ser natural"
      Lo siento, pero no. Bueno, no, a medias. Aquí no andamos ni buscando novia ni buscando amigos, andamos buscando un trabajo por el que te paguen, a ser posible, bien. Nada de naturalidad. Mentir como bellacos, mentir hasta con la última mitocondria de tus células. No decir la verdad ni al médico.
      Pero claro, para mentir así hay que ensayar mucho.
      No digo que haya que mentir en cosas básicas. No digas que sabes inglés si no tienes ni idea, no digas que sabes programar en Java si lo único que haces es usar el sumatorio en Excel. Digo mentir en aquellas cosas que tienen mucha costumbre preguntar en las entrevistas y que están deseando escuchar. Pero para poder detectar esas preguntitas tienes que haber echo muchas entrevistas como aspirante o muchas entrevistas como "entrevistador".
      La entrevista es un puñetero juego de ajedrez, la postura, la voz, los gestos, los documentos que presentas. Todo tienes que adaptarlo a lo que tienes delante. No se puede llevar una entrevista preparada todo terreno. Hay que ir montando la entrevista según va llegando. Tienes que observar el entorno. Si va a ser en una sala medio vacía en la que hay reverberación, si es en un despacho, si tu silla está más baja que la del que te entrevista. Tienes que analizar a la persona o personas que te entrevistan, si son mujeres hombres o viceversa, su edad, tienes que detectar el nivel de conocimiento del puesto que ofrecen, en muchas ocasiones tú sabes más que ellos.
      Y a pesar de todo, no deja de ser una lotería. Por muy bien que hayas hecho la entrevista, si hay otro que la ha hecho un poquito más a su gusto, será el elegido. Pero tienes que haber jugado bien el partido.
      Incluso se puede dar el caso de que sepas que el partido le tienes perdido de antemano, pero tienes que jugar a ganar, pero ganar por KO. En una ocasión me tocó ir a una entrevista para una administración de una comunidad con lengua autonómica propia. Galicia para más señas. Mi nivel técnico para la plaza era suficiente. Pero entro en la entrevista y las tres personas que había me comienzan a hablar en gallego. Mi nivel de gallego es suficiente para entenderles pero no para poder hablar en los términos técnicos que me preguntaban. Con lo que deduje que aquel puesto no era para mí, dado la importancia que le dan al asunto. Bueno, pues les pegué una chaqueta tremenda, a cada pregunta les casqué respuestas de varios minutos, para algo me tiene que servir tantos años dando clases y charlas. Así que no me dieron el trabajo, pero les dejé la cabeza como un balón de nivea.

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