Cuando hablamos de la jubilación, se suele tender a pensar que se trata de la fase en la que se adentran los profesionales para dedicarse a otras cuestiones dejando a un lado la que fue su vida profesional activa, pero en algunas ocasiones nos llevamos alguna sorpresa.
Una estampa típica de nuestro país, y que incluso se ha considerado deporte nacional entre jubilados, es la que manifiestan el grupo de jubilados que observa el grado de avance de una obra tras una valla, algo que al margen de las críticas, sus opiniones, etcétera, en algunas ocasiones puede constituir un foco de ideas para el emprendimiento. Pues bien, esto es lo que le ha sucedido a un jubilado residente en Valdemoro, llamado Andrés Villamarín Mora, que mediante la observación de las obras y con mucho trabajo detrás, ha logrado crear un ladrillo que se coloca mucho más rápido (ahorrando hasta un 75% del tiempo), y además, con importantes propiedades antisísmicas.
De tal modo que cuando a este emprendedor se le ocurrió la idea de que tenía mucho que aportar en el campo de los materiales de construcción, se encerró un par de horas al día en el garaje de su casa para aterrizar su idea, dando como fruto a un nuevo ladrillo sin ayuda de nadie y en secreto.
Tras este gran alcance, como es natural necesita de asesoramiento en algunas materias, como por ejemplo el cómo patentarlo, el cómo contactar con empresas que estén dispuestas a fabricarlo, etcétera, para lo que no ha dudado ni en un ápice en pedir ayuda en sus círculos cercanos, logrando resolverlos de una manera rápida.
Por tanto, esta invención supone un importante logro, y materializa una vez más que con la jubilación es posible aportar nuevas técnicas e ideas, porque también es importante saber aprovechar todo el talento acumulado a lo largo de la vida profesional, que no podemos permitir el lujo de desperdiciar, y entender que es importante compartirlo con el resto de la sociedad.
En Pymes y Autónomos | Emprender a los cincuenta años
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