Está demostrado que la productividad de una empresa, así como el rendimiento de sus miembros, aumenta a medida que la plantilla conoce y participa de las decisiones que se toman en la misma, por lo que seguir una estrategia que promueva la apertura y participación, resulta ser beneficiosa para todas las partes.
Aunque este tipo de políticas suele darse por lo general en las empresas de mayor tamaño, entre otras cosas porque son las que tienen mayor repercusión mediática, en las empresas de menor tamaño cada vez más se está empezando a implantar esta vocación aperturista y participativa, hasta el punto que las hay que incluso las decisiones directivas durante un día las toman los empleados.
A simple vista puede parecer una frivolidad, pero en definitiva lo que se persigue con este tipo de iniciativas es mejorar la comunicación entre colaboradores, trabajadores y directivos. Esta metodología de ser jefe por un día permite poner en común los problemas identificados por los trabajadores.
Los empleados al tomar la posición de directivos durante un día les permite valorar sus propias propuestas desde otra perspectiva. Como resultado es de destacar que las cuestiones que la plantilla rechazan desde un punto de vista de empleado, pasan a ser aceptadas por ellos mismos cuando se han puesto en el rol directivo.
Más allá de estos resultados, lo que es incuestionable es que se mejora la dinámica de comunicación interna, entre otras cosas, al eliminar la falta de transparencia en las decisiones de la dirección puede desmotivar a la plantilla, si el trabajador conoce y comprende los intereses colectivos de su empresa.
Imagen | NASA Goddard Space Flight Center
En Pymes y Autónomos | Comunicación