¿Quién quiere ser empresario? Desde que lancé esa pregunta las cosas no han mejorado. Todo lo contrario. Han empeorado. La crisis económica ha puesto de manifiesto las contradicciones del sistema, algunos políticos se han revuelto buscando un chivo expiatorio, y los eslabones más débiles empiezan a saltar por los aires. Malos tiempos para la lírica, malos tiempos para ser empresario. Malos tiempos y mal país.
Como ya señalé, buena parte del problema tiene que ver con el papel del empresario en nuestro imaginario social, con la valoración que se hace del mismo. Es más, diría que tiene que ver con el prisma que usemos para contemplar valores como el esfuerzo, la ambición, la responsabilidad, la independencia, etc. Es pensar en los valores que esta sociedad nuestra propugnan realmente y delimitarse con claridad las raíces del problema. Y como es tan claro, y algunos están tan hartos, es por lo que surgen iniciativas como la Campaña por la Dignidad empresarial de la FER (Federación de Empresarios de La Rioja), bajo el lema Los empresarios tenemos mucho que decir.
Entre el 9 de noviembre y el 3 de diciembre se celebran una serie de encuentros en las principales localidades riojanas, concluyendo con un acto en Riojaforum donde la estrella será Manuel Pimentel. La idea es reivindicar la figura dele empresario, y que se escuchado a la hora de gestionar la crisis (¿es un mensaje para nuestro Presidente’), aunque, en esencia, me da la impresión que tiene mucho que ver con una terapia de grupo, de refuerzo anímico, de superar la natural soledad del emprendedor. Se trata, como ocurre en este tipo de reuniones de lanzar un mensaje claro al participante: no estás solo, hay muchos más con tus problemas, entre todos vamos a apoyarnos.
Llegado este punto me gustaría citar estas palabras del Presidente de la FER:
Se trata de reivindicar alto y claro el valor social de las empresas, de los pequeños empresarios y autónomos y de los cientos y cientos de emprendedores de la región, de situar a la empresa en el centro de las decisiones públicas reclamando su papel transformador de la misma.
Perfecto. Solo dos apuntes. La primera es que tampoco vendría mal algo de autocrítica, y la segunda es que espero que todo esto se haga sin dinero público, ya que no comparto los llamamientos que he oído a este representante empresarial reclamando el incremento de las subvenciones a empresas. Lo digo porque juraría haberle oído hablar también de independencia, y no se como se conjuga una variable con la otra. No, el camino no es la subvención, ese es un mal menor, la salida pasa por las reducciones fiscales. Pero esa es otra historia.
Vía | larioja.com
Más información | hablamoslosempresarios.com
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