Una de las barreras principales que encuentra la gente, a la hora de plantearse iniciar un negocio, son los gastos y la inversión inicial. Ya he manifestado mi opinión en relación a que cada uno debe buscar un modelo de negocio en base a sus circunstancias personales, profesionales o financieras y que partiendo de una idea inicial, ésta ha de adaptarse luego a esas circunstancias.
Hace unos días, Carlos Blanco publicó un post en su blog, en referencia a la posibilidad de emprender en modo low cost. Porque puede haber una opción, para emprender, que no requiera esa financiación o inversión inicial.
Hay una serie de pautas que nos pueden servir de guía para iniciarnos en un modelo de negocio de bajo coste. En primer lugar, hay que buscar modelos que puedan se operativos rápidamente. Ya hemos comentado que una buena estrategia para iniciar un negocio, es cubrir una carencia de alguien que ya esté en el mercado, un modelo de negocio que replique uno que ya existe y dé un valor añadido.
Debemos buscar proyectos que alcancen rápido el umbral de rentabilidad y la generación de fondos y, a la vez, se pueda mantener controlado el crecimiento. Debemos identificar un modelo que pueda generar ingresos rápidamente pero no caer en la tentación de dejarnos arrastrar por la euforia que nos lleve a situaciones que impliquen un crecimiento que no podemos gestionar o financiar.
Si somos capaces de afrontar ese crecimiento de manera gradual, tendremos tiempo de asimilar técnicas de gestión y de llevar a cabo los cambios organizativos de manera menos traumática.
Tenemos que centrarnos en la gestión basada en la tesorería, y no pensar tanto en los beneficios. Este tipo de negocios, sin grandes inversiones, van a necesitar de una gran liquidez, es preferible negociar unos buenos plazos de cobros y pagos, aun a coste de perder parte del margen de beneficios. Por otro lado, es esencial controlar a los elefantes, esos gastos fijos, que son grandes y pesados, y que pueden mermar la tesorería y ralentizar la generación de recursos.
El hecho de recurrir a este tipo de modelo no implica que, cuando este esté lo suficientemente asentado, podamos aspirar a nuevos proyectos más ambiciosos. Una vez que estamos introducidos en el mundo empresarial, nos surgirán nuevas oportunidades y partiremos con unos recursos para llevarlas a cabo. Y si no los tuviéramos, si podríamos aportar la experiencia, los contactos y el prestigio, para captar inversores u obtener la financiacíón necesaria para ponerlos en práctica.
Adoptar este modelo puede servir para abrirnos la puerta e introducirnos en el mercado. Si sabemos adaptar nuestra idea y nuestros objetivos, a este tipo de modelo, podemos salvar esa dificultad inicial, de la falta de recursos, para ponernos en marcha. Optar por el bajo coste puede ser una solución.
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