Desde hace tiempo hay una tendencia que intenta mejorar la salud laboral haciendo que se reduzcan el número de horas que pasamos sentados en nuestro puesto de trabajo. Para eso una alternativa muy útil son los escritorios regulables en altura. Pero también hay otras opciones que se podrían aplicar para mejorar la salud laboral y son muy sencillas.
Si bien trabajar de pie puede mejorar nuestra salud cardiovascular, no es menos cierto que hay estudios que abogan por realizar pausas de cinco minutos en los que se puede hacer un poco de ejercicio físico. Bastaría con caminar para mejorar la circulación sanguínea notablemente. Algún ejercicio para relajar el cuello también sería de ayuda.
La media de horas que un español pasa sentado es de entre ocho y diez, sin contar las de sueño. Si en nuestro trabajo estamos sentados 8 horas y no nos levantamos ni hacemos pausas, poco a poco los problemas se hacen crónicos. Es cierto que nos levantamos para ir al baño, para buscar un café o un poco de agua... pero no todo el mundo. Incluso en algunas empresas hasta está mal visto levantarse del puesto de trabajo.
Esto es lo que suele ocurrir en los puestos de oficina, porque en otros muchos empleos la norma es estar de pie y el descanso se utiliza precisamente para estar sentados un poco más relajados. Porque en este caso trabajar todo el día de pie no es beneficioso e incrementa el riesgo de arterioesclerosis y de tener varices.
Lo ideal es un entorno mixto, donde estamos sentados pero también podemos realizar tareas de pie. Pero esto no siempre es posible. Por lo tanto, en ambos casos los descansos son fundamentales para mejorar la salud laboral del trabajador. Especialmente si tenemos altas cargas de trabajo.
Y no es solo un tema físico, también es mental. Esa pausa de cinco minutos nos sirve para desconectar un poco, para pensar en otras cosas, tomar un café, fumar o mirar el móvil. Cuando volvemos al trabajo y nos ponemos con la siguiente tarea hay que volver a concentrarse, pero lo mismo tendríamos que haber hecho al pasar de una tarea a otra. Esta descompresión mental que hemos realizado nos ayuda a que nuestro nivel de concentración sea más alto.
En definitiva, estos pequeños descansos en lugar de ser tiempo perdido en muchos casos mejoran la productividad de los empleados. Eso sí, necesariamente tienen que ser cortos, no más de cinco minutos porque de otra manera si se pierde tiempo (muy fácil si salimos a mirar el móvil) y luego cuesta volver a las tareas pendientes.
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