Ayer la junta directiva de la CEOE aprobó un documento con las propuestas de los empresarios para afrontar la delicada situación económica que está viviendo España en estos momentos. Este informe será enviado hoy por la CEOE al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
El texto del documento propone reformas para: las pensiones, el mercado de trabajo, sistema sanitario, ajuste del déficit público y racionalización del gasto público corriente. Hay una mención que cuanto menos se puede calificar como curiosa, ya que la CEOE, insta al Gobierno que permita a la sociedad decidir cuáles son las actuaciones fundamentales que deben realizar las administraciones para reducir aquellas que puedan considerarse como secundarias.
Esa propuesta es realmente llamativa porque el comportamiento del ciudadadano español se puede calificar como ambiguo. Por un lado, tenemos el sesgo socialista, si se crea una empresa para satisfacer la iniciativa emprendedora, sin lugar a duda, tiene que ser apoyada en una subvención pública; el transporte debe tener financiación pública, ya que cuando viajamos a Londres, por ejemplo, nos quedamos estupefactos del precio del transporte; si los resultados de la empresa empiezan a decaer, es necesario el apoyo público, si hay que innovar ha de ser con el mismo apoyo, la educación es un bien necesario y, por tanto, colegios, institutos y universidades han de ser públicas, etc.
Por otro lado, cuando hay que pagar impuestos, sin lugar a dudas emerge nuestro sesgo liberal, ni tan siquiera neoliberal, es decir, los USA en estado puro, despido libre (cosa que en los USA no es así por mucho que nos empeñemos), sin cuotas a la seguridad social, etc. La razón en la que sustentamos esta opinión es evidente, indudablemente, este modelo es el que más ayuda a la competitividad de las personas, las empresas y el país.
La propuesta, como estudio sociológico, la considero muy interesante y a mi, personalmente, me gustaría que realizasen una encuesta nacional para saber lo que los españoles consideramos como un servicio esencial e irrenunciable con los impuestos que pagamos y que es aquello que entendemos como accesorio, aquí creo que habría un resultado unánime, el salario de todos y cada uno de nuestros políticos. Sin embargo, creo que me voy a quedar con la duda, pero el resultado podría resultar sorprendente.