Hace unas semanas nos sorprendió a muchos la decisión de la gerencia de la empresa Pescanova para reestructurar la compañía como consecuencia de un importante desfase patrimonial, en el que sus activos no se encontraban correctamente valorados en balance.
Ahora pues, y dentro de este proceso, se encuentra lidiando con las auditorías correspondientes para valorar la situación antes de decidir cuáles van a ser sus planes de acción, pero contra todo pronóstico, la propia dirección de la compañía se nieva a colaborar en el proceso, prohibiendo a todos sus colaboradores el facilitar información a BDO, la firma de auditoría encargada de los trabajos, complicando aún más su situación financiera.
En este tipo de casos, en los que los distintos agentes económicos que participan en el proceso aumentan su preocupación respecto a la evolución futura de una organización, debemos ser aún más transparentes si cabe. Porque no podemos olvidar que la primera acción para resolver un problema, es reconocer que lo tenemos, y con acciones de este tipo no lo hacemos, y además, con ello impedimos su correcta valoración, que estarán de acuerdo conmigo que es el pilar para el diseño de unos planes de acción adecuados a sus circunstancias.
Esta decisión sin lugar a dudas, ahondará aún más a Pescanova en unas circuntancias terroríficas, demostrando una vez más que no podemos perder la transparencia, que es la base de la confianza en toda empresa, ya que por mucho que nos pese, cualquier negocio depende de la confianza de clientes, accionistas, entidades financieras, etcétera. Y ante este tipo de decisiones, en lugar de empujarnos a regularizar la situación, nos cortan las alas para poder hacerlo.
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