Cuando un trabajador tiene que hablar de la organización en la que desarrolla sus tareas muchas veces se impone una autocensura. No queremos criticar de forma pública algunas cuestiones que nos pueden parecer mejorables. Generalmente se hace por una cuestión de lealtad hacia nuestra compañía. Pero a veces se llega a un punto en el que estas discrepancias se hacen públicas, pudiéndose dar el caso de que nos despidan por criticar a nuestra empresa.
Una reciente sentencia del Tribunal Constitucional ha declarado nulo un despido de un trabajador que se quejó, primero a su empresa y después al Ayuntamiento que contrataba el servicio que prestaba, de las deficiencias que soportaba en su día a día y cómo afectaban a las personas que atendía, ya que se trataba de un enfermero en un centro de día.
Rectifica de esta manera la resolución previa del TSJ del País Vasco que declaró el despido improcedente, dado que faltaron un expediente disciplinario y más concreción en los motivos de la carta de despido, pero no declaró el despido nulo al no entender que se había vulnerado el derecho a la libertad de expresión, circunstancia que si se dio según el Constitucional.
Porque la cuestión aquí es si una vez que estamos contratados por una empresa podemos ejercer o no la libre crítica y el derecho de expresión. Además se trata de una queja laboral, sobre las condiciones en las que ejercía su trabajo o el material disponible, no declaraciones ofensivas o directamente falsas sobre su empresa.
En estos casos la mayoría de los empleados entienden que deben una lealtad hacia la empresa que les impide criticar abiertamente aspectos con los que no están de acuerdo. Cuestión aparte es cuando cambian de trabajo. En estos casos las quejas se manejan a nivel interno, un cauce que ya utilizó este trabajador sin resultado alguno.
En estos casos hay que tener en cuenta que el empleado siempre se encuentra en posición de debilidad. Un ejemplo es la denuncia anónima ante Inspección de Trabajo, una herramienta que facilita que se pueda corregir algún abuso por parte de la empresa, ya que muchos saben que si se solicita abiertamente el horizonte más cercano es el despido.
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