Cada película tiene su público. Por esa razón, los guionistas se ciñen a transmitir una historia mediante palabras que saben a ciencia cierta, serán las que les lleguen a la mente de ese espectador. Tal vez, cada uno de ellos se quede con una frase diferente, pero en conjunto, será un éxito.
Con los negocios ocurre lo mismo. El producto que ofrecemos, el servicio, puede ser el mismo para nuestros clientes, pero hay que saber venderlo dependiendo del grupo al que nos dirijamos, nunca un público es homogéneo al cien por cien. ¿Conoces todos los tipos de clientes de tu empresa?
El exigente
Nos adora, pero su nivel de exigencia no le permite hacer las cosas de la manera más fácil. Él siempre quiere más información, requiere más atención. No es prepotente, simplemente adora la perfección. ¿Cómo debemos tratarlo? Con paciencia y empatía.
No busca la confrontación, es su forma de ser, y sabemos que es un cliente fiel. Ofrezcamos esa dosis de información extra que necesita, pongamos en marcha la escucha activa.
El tímido
Le gusta lo que ve. No tiene ningún problema con el trato pero le gustaría poder comunicarse de manera telepática para no hablar con nosotros.
A este tipo de cliente hay que facilitarle la estancia, ¿cómo? Ayudándole a tomar la decisión de compra sin alimentar su indecisión. La conversación debe ser concisa, clara y amena, para procurar que se sienta cómodo.
El cliente/amigo
No sólo le gusta nuestro servicio, sino nuestra compañía. Es ese tipo de persona que resulta ideal a la hora de atender: amable, simpático, locuaz, con las ideas claras pero... con demasiado tiempo libre.
Sin perder o dejar de ser amable con él, debemos aprender a dejar claro que necesitamos nuestro espacio y tiempo para seguir trabajando y atendiendo a más clientes de la misma manera exquisita que lo hemos tratado a él. La cortesía será nuestra baza.
El cliente "lo quiero para ayer"
Tiene prisa. Más que ningún otro ser humano en el planeta. No es un capricho ni lo hace por molestar. Por horario laboral, por la razón que sea dispone de poco tiempo, y elige nuestro negocio para realizar sus compras.
Con él hay que adelantarse a los acontecimientos. Para cuando llegue, tenga listo su pedido. Prisa tenemos todos, y compromisos, horarios que cumplir, no hay que confundir a este cliente con aquellos que sólo quieren entrar y salir sin esperar sin ningún motivo de peso. Este es más parecido al cliente amigable, de toda la vida, y sabemos que su tiempo es oro.
Conocer los diferentes perfiles de nuestros clientes puede resultar un reto imposible pero no lo es. Con el tiempo, el trabajar de cara al público y añadiendo unas dotes de psicología y observación, todos podemos ser capaces de detectar estos perfiles y alguno más, lo cual nos beneficiará en muchos aspectos.
En Pymes y Autónomos|El trato al cliente online
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