Hace unos años, con el auge de la crisis económica las marcas blancas aparecieron como setas en nuestros supermercados. Eran más baratas pero también tenían un halo o imagen de mediocridad. El marketing y la publicidad son armas poderosas y adquirir un producto de marca blanca casi parecía un delito respecto al buen gusto.
Nada más lejos de la realidad. Detrás de esas cada vez menos misteriosas marcas, hay empresas de renombre. Y la calidad/precio es razonable. Así que no es de extrañar que pasada una década, este tipo de producto haya mejorado su imagen e incrementado sus ventas. Llegaron para quedarse.
Las marcas blancas, estrellas de los lineales del supermercado
En España, lo son. Las marcas blancas están presentes en nuestra cesta de la compra junto con Reino Unido y Francia. El mercado de las marcas blancas tiende a hacerse un hueco en competencia con las marcas de renombre.
Y las pymes no se iban a quedar atrás. Forman parte de estas marcas a sabiendas de que su logotipo, su marca no aparecerá. Eso sí, el consumidor ya sabe que con dar la vuelta, en letra pequeña aparece el lugar de procedencia. Y ese chocolate negro delicioso resulta que está fabricado por una marca que lleva siglos en en el sector del turrón y del chocolate.
Beneficios para las pymes que venden marcas blancas
Una buena salida para las pymes es fabricar marca del distribuidor, sinónimo de marca blanca. Las ventajas son muchas: para empezar se trata de trabajar con un modelo de negocio basado en un solo cliente.
Los productos de calidad, pero a bajo coste, permiten que las pymes ahorren dinero en marketing y en logística. Por lo que trabajar para un supermercado o un hipermercado puede suponer que una plantilla se mantenga a flote.
¿Cuál es el misterio de las marcas blancas?
En momentos de crisis, resulta ventajoso apostar por un cliente que cubre los gastos generales y asegura un nivel de ventas óptimo. Contar también con que el pago se realice sin problemas es una garantía para que la pyme se incline por la fabricación de marcas blancas.
De hecho, no es necesario dejar de lado la marca propia. Ahí tenemos el caso de Carmencita, que controla un 20% del mercado de las especias y forma parte de Hacendado una de las marcas blancas que vende Mercadona. La firma noveldense sigue su ascenso sin dejar de lado su nombre.
En Pymes y Autónomos|La importancia de la marca... blanca
Imagen|SarahRitcherArt