Cuando se plantea una tienda online una de las cuestiones a las que tenemos que prestar especial atención es el proceso de registro de los nuevos clientes para la compra online, en caso de que queramos que se registren. Aquí suelen darse dos tendencias antagónicas, requerir todos los datos posibles o los mínimos indispensables. Todo depende de lo qué deseemos conseguir con el registro en la tienda online, vender o captar contactos.
En el primer caso hay tiendas buscan ponérselo lo más fácil posible a los clientes para la venta. En muchos casos basta con el nombre y el correo electrónico cómo únicos requisitos obligatorio para realizar la venta. El resto de los campos son opcionales, incluso la dirección. En el peor de los casos de que el cliente no la ponga ya contactaremos con él para requerirla, pero la venta ya se ha realizado.
El caso contrario es en el que todos los campos del formulario son obligatorios, de manera que tenemos una información muy precisa sobre nuestro cliente que luego nos permitirá trabajar la fidelización, segmentando y realizando ofertas personalizadas que puedan ser de interés para ellos. La parte negativa es que a medida que se requieren más datos, los usuarios se pueden cansar y abandonar la venta en el último momento.
Vender online es algo tremendamente complicado, cuantos menos clics, menos datos y más rápido sea el proceso, a poder ser sin cambiar de pantalla, más fácil será para el cliente y mejores datos de ventas tendremos nosotros. Después ya tendremos tiempo para ofrecer a nuestro cliente que se registre, nos facilite más datos para lograr que vuelvan a comprar en nuestra tienda.
Todo esto tenemos que pensarlo durante la fase de diseño y corregir posteriormente. Pulir el embudo de conversión del proceso de pagos es fundamental para lograr que todo el tráfico que capte nuestra tienda online acabe en una venta.
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