Cuando se inicia una nueva actividad lo hace con la pretensión de que se alcanzará el éxito y alcanzará los objetivos establecidos.
Evidentemente, lo que nos impregna un moderado o exacervado optimismo de que vamos a ser capaces de hacer las cosas mejor que nuestra competencia y, no tiene por qué no ser así.
Lo importante para consegurlo es tener presente los siguientes principios que nos ayudarán a alcanzar nuestro objetivo.
Facilitadores del éxito
- Optimismo
Con una mala actitud es difícil ser emprendedor, la razón, que los problemas acechan por todas partes y el optimismo nos reafirma en nuestras convicciones.
- Continuar
En relación con lo anterior, cuando se emprende se tiene que saber que se fallará y fracasará, lo importante es continuar. De hecho, al peso del éxito se contrapone la ligereza del fracaso. Hay que tomar el fracaso como la oportunidad de aprender y mejorar.
- La imporancia de los obstáculos
Puede resultar una frase manida pero lo cierto y verdad es que los obstáculos hay que considerarlos como oportunidades disfrazadas, la razón, es bien sencilla, cuando se superan solo nos espera el éxito.
- El equipo
Un emprendedor no es un lobo solitario, necesita rodearse de gente que se entusiasme como él con lo que hace y sus objetivos sean compartidos. Lo importante, es conseguir perfiles con capacidades y habilidades complementarias y, que a ser posible, no se solapen.
- Tempus fugit
El tiempo pasa más rápido de lo que nos imaginamos, de hecho, si uno se plantea lo efímero que es todo, incluido nuestra propia existencia, y si se tiene presente esta premisa solo nos ocuparemos de lo realmente importante, prescindiendo del orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso.
Lo peor de este planeamiento es que es difícil tenerlo presente y muchos más aplicarlo, por eso, no todo el mundo es capaz de alcanzar el éxito.
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